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“Debemos extremar las precauciones, no podemos relajar las medidas de protección"

La consejera de Presidencia, Mayte Pérez, propone “redefinir el concepto de protección civil” y vincularlo a la “política de la prevención”, algo que la sociedad debe “interiorizar”.

La consejera de Presidencia, Mayte Pérez, en su despacho del Pignatelli.
La consejera de Presidencia, Mayte Pérez, en su despacho del Pignatelli.
DGA

En Aragón ha comenzado ya la desescalada, pero la batalla contra esta pandemia sigue sin estar ganada. ¿Qué diría a los ciudadanos?

El mensaje tiene que ser por fuerza que no podemos bajar la guardia. Vemos cómo los datos mejoran día a día, cómo la situación en los hospitales se va normalizando de manera considerable y cómo empezamos a recuperar actividades del día a día que habíamos perdido. Esto nos lleva a pensar que al menos estamos ganando esta primera batalla, pero si relajamos las medidas de protección corremos un riesgo muy serio de volver a la casilla de salida. Debemos extremar más si cabe las precauciones.

¿Cómo valoran el cumplimiento de las medidas de la desescalada hasta ahora por parte de los aragoneses?

Podemos estar orgullosos del comportamiento de los aragoneses, que han demostrado estar a la altura. El nivel de cumplimiento está siendo muy aceptable, más allá de alguna excepción: hemos entendido que la responsabilidad individual juega un papel fundamental en la superación de esta crisis sanitaria. Pero esto no servirá de nada si relajamos ahora las medidas de protección. No podemos arriesgarnos a perder todo lo logrado estas últimas semanas.

El Gobierno de Aragón trabaja ya en un plan de acción ante un hipotético rebrote de la pandemia en otoño, ¿en qué punto está este asunto?

Desde el Gobierno de Aragón trabajamos con tres horizontes temporales distintos frente al coronavirus: uno inmediato, que es este plan de acción; otro, un plan especial de protección civil para enfermedades infectocontagiosas; y un tercero más amplio, que es la futura ley de emergencias. El más inmediato, como digo, es ese plan de acción que busca minimizar el impacto de un posible brote en otoño. El objetivo fundamental es que no vuelva a paralizarse por completo la administración, que pueda mantenerse el funcionamiento normal aun cuando alguna de las funciones deje de estar operativa. Cada departamento del Ejecutivo aporta su propio plan de contingencia, de forma que la respuesta sea global y transversal. Los ciudadanos no nos perdonarían que no estuviéramos preparados para un repunte.

¿En qué consistirá ese plan especial de protección civil ante enfermedades infectocontagiosas?

Se trata de un documento ambicioso, y de hecho ninguna comunidad autónoma ha desarrollado hasta el momento un plan especial de estas características, equiparable a otros que ya tenemos, como los de riesgos de incendios e inundaciones. El primer paso, que se va a dar en breve, es convocar la Comisión de Protección Civil, en la que además del Gobierno de Aragón están representados la Administración General del Estado, las diputaciones provinciales, las comarcas y los ayuntamientos. A partir de ahí se creará un grupo de trabajo que irá dando los siguientes pasos.

Usted ha mencionado la necesidad de que cale en la sociedad la cultura de la protección civil.

Esta es una cuestión clave, esencial. Basta con recordar lo sucedido estos meses: una crecida del Ebro a finales de 2019, la borrasca Gloria en enero, la crisis del coronavirus, el suceso registrado en Sabiñánigo, otra fase de alerta por riesgo de inundaciones hace diez días… Debemos redefinir y por lo tanto articular estrategias nuevas para este concepto ampliado de la protección civil, vinculada a una política de prevención. El objetivo más complicado, en el que más énfasis debemos poner, es que la sociedad lo interiorice, desde lo público a lo privado, desde lo individual a lo colectivo.

¿Con qué medios se contará tanto humanos como económicos?

Todos los que sean necesarios. En Aragón no vamos a escatimar lo más mínimo no solo en combatir la crisis, sino en asegurar que la pandemia no menoscaba de ninguna forma los servicios públicos de la comunidad. Porque si algo ha puesto el virus en evidencia es la importancia de los servicios públicos para garantizar el equilibrio y la justicia social en Aragón. Pero también es importante optimizar y organizar los recursos con que ya contamos, que son muy amplios. Y aquí entra en juego la coordinación, vital para aprovechar las sinergias y sumar estrategias compartidas, para que todos tengamos las mismas pautas de actuación. Un ámbito sobre el que hemos trabajado desde el Gobierno de Aragón: un ejemplo claro son las Unidades de Coordinación Comarcal que hemos impulsado.

¿Cree que se han entendido las peculiaridades del medio rural desde el Gobierno central?

El Gobierno central ha establecido los lógicos cauces de comunicación con las comunidades autónomas, y prueba de ello es que muchas de las propuestas planteadas por el presidente Javier Lambán han sido asumidas. Entendíamos que el medio rural debía beneficiarse de unas características que le hacen menos vulnerable a los contagios, como la baja densidad de población, y así lo trasladamos. Gracias a nuestra propuesta primeros los municipios de menos de 5.000 habitantes y ahora los de menos de 10.000 habitantes se han visto liberados de las franjas horarias, por ejemplo. El propio Pedro Sánchez lo dijo el miércoles que habían incorporado las peticiones de Aragón.

¿Qué balance hace de la gestión de esta pandemia desde el Gobierno de Aragón?

El otro día la científica Margarita del Val reconocía en una entrevista que, al contrario que el sudeste asiático, donde ya sufrieron el SARS, en España nadie estábamos entrenados para enfrentarnos al virus, ni el Gobierno ni los investigadores ni los ciudadanos. Pese a esto, no podemos caer en la autocomplacencia; por mucho empeño que hayamos puesto, hemos cometido errores. Lo que sí podemos afirmar sin dudarlo es que hemos hecho todo lo que ha estado en nuestra mano para combatir a un enemigo muy complejo. Y no nos cruzamos de brazos: al margen de esa llamada a la responsabilidad en la que debemos insistir, estamos absolutamente centrados en que el impacto social y económico de la pandemia sea lo más reducido posible y en que la recuperación no deje a nadie en el camino.