Protección de la naturaleza

Consenso para regular la escalada en el Monumento Natural de los Mallos

La comisión de trabajo del patronato consensua crear tres zonas de reserva de tranquilidad para las aves en Peña Rueba y dos en Agüero, donde se acotará la práctica de la escalada.

Escaladores en el Puro y el Pisón de los mallos de Riglos.
Escaladores en el Puro y el Pisón de los mallos de Riglos.
Peña Guara

La comisión de trabajo creada por el Patronato del Monumento Natural de los Mallos de Riglos, Agüero y Peña Rueba ha acordado en su última reunión la creación de cinco zonas de reserva donde se propone prohibir la escalada, para preservar los valores naturales de este enclave, como su fauna avícola. Una decisión que se ha tomado por consenso y que el representante de la FAM en el patronato destaca como un ejemplo de colaboración para conseguir "el mejor equilibrio entre desarrollo y protección en nuestro territorio" y de que la escalada "no debe ser considerada de por sí una amenaza".

Los mallos son escarpes de gigantescas paredes verticales de hasta 250 metros que la erosión ha aislado en el límite de las sierras del Prepirineo, y que destacan por su flora endémica y por ser lugar de nidificación de buitres, quebrantahuesos y otras aves rapaces. En 2016, el Gobierno de Aragón protegió como Monumento Natural el conjunto formado por tres de las formaciones más espectaculares y conocidas, en los municipios vecinos de Riglos, Agüero y Murillo de Gállego (donde se ubica Peña Rueba). El propio decreto señalaba como uno de sus valores el "ser un importante escenario para la práctica tradicional de la escalada y del senderismo, así como la observación de la fauna silvestre".

En 2018, comenzaron las reuniones para la redacción de un Plan Rector de Uso y Gestión (PRUG), que regulará los empleos posibles del espacio protegido y el régimen de autorizaciones a partir de una zonificación en función de unidades ambientales. Esta misma semana se ha dado un importante paso en este documento técnico con el acuerdo, entre otros, de las zonas de reserva de escalada.

La delimitación alcanzada contempla crear tres zonas en las paredes de Peña Rueba y dos en Agüero, no creando ninguna en Riglos. El acuerdo ha sido respaldado por los distintos componentes de la comisión, donde están representadas, además de la FAM, las administraciones, las organizaciones conservacionistas y científicas, ayuntamientos y propietarios.

El representante de la Federación Aragonesa de Montañismo y de los intereses de los deportistas, ha destacado la satisfacción por un acuerdo que muestra "que con debate se puede compaginar la regulación de la escalada y la protección de la naturaleza, dos objetivos prioritarios para de esta federación y para los clubes que la forman".

Sin embargo, no hubo consenso para el futuro de las vías ferratas, una instalación hoy en día enfocada al turismo de aventura, que merece la pena ser defendida por su importancia a la hora de crear empleo y riqueza en la zona. Así, quedó recogida en el texto la prohibición expresa para instalar nuevas ferratas, pese a que todas deben contar con un informe de evaluación ambiental previo.

La puesta en marcha de esta regulación no es inminente, ya que el PRUG del monumento natural sigue en proceso de elaboración y, una vez finalizado, debe pasar por el proceso legal de aprobación inicial y exposición pública antes de su aprobación definitiva, pero destaca como "ejemplo de aprobación de una regulación de escalada sin controversia y que, como ya fue también la de Guara, puede servir como modelo".

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