Realizado por bluemedia

Cleanpill, el producto desinfectante efectivo contra el coronavirus que se fabrica en Sabiñánigo

La empresa Orache Desinfection comercializa unas pastillas de lejía que pueden actuar como virucida en multitud de materiales y que han hecho que multiplique sus ventas en las últimas semanas.

Sergio Mayenco, CEO de Orache Desinfection, con el producto desinfectante efectivo contra el coronavirus.
Sergio Mayenco, CEO de Orache Desinfection, con el producto desinfectante efectivo contra el coronavirus.

Con más de 100.000 casos en un total de 111 países, y una cifra de fallecimientos que supera los 3.900, el coronavirus Covid-19 es ya uno de las principales preocupaciones en el mundo. No obstante, también conviene tener muy presentes cuestiones como los bulos que circulan acerca de la enfermedad y que su tasa de mortalidad es de 2,3% en el epicentro y de 0,7% en el resto del mundo.

Aún así, la rapidez con la que se extiende hace que sea fundamental tomar precauciones. En este sentido, cobran especial relevancia los artículos que pueden eliminar el virus de recipientes, utensilios, plásticos, vajilla, prendas de vestir, paredes, mesas, espejos y muchos otros tipos de superficies. Es el caso de Cleanpill, un producto desinfectante efectivo contra el coronavirus que se fábrica en Sabiñánigo y cuyas ventas han aumentado considerablemente desde que fuese descubierto a finales del pasado año en la ciudad china de Wuhan.

La empresa Orache Desinfection, radicada en el municipio oscense pero que da servicio a un total de 35 países repartidos por el mundo, fabrica estas pastillas de lejía, de las que ya quedó demostrada su efectividad contra el virus del Ébola. “Sabemos que nuestros productos desinfectantes, por su composición química, están en línea con las recomendaciones de la OMS. Además, el coronavirus es un virus encapsulado, más frágil que los virus sin cápsula, como el rotavirus o el norovirus, en los que se han probado nuestros productos. Por lo tanto, no hay dudas sobre la efectividad de nuestras fórmulas”, explica Sergio Mayenco, CEO de la empresa.

Una profesionalidad que ha llevado a la compañía, fundada en 2012 y que cuenta con 21 trabajadores, a aumentar su facturación en un 33,6% los dos primeros meses del año con respecto a 2019 y a multiplicar sus ventas por cuatro en España, por 6 en Italia y por 1,5 en Estados Unidos en lo que llevamos de marzo. “Hemos registrado un aumento considerable de las ventas porque la gente necesita virucidas y productos desinfectantes. Para satisfacer las demandas de los clientes, hemos tenido que contratar a dos personas de forma indefinida y creemos que tendremos que incorporar a más empleados en las próximas semanas”, expone Mayenco, que agrega que están "colapsando" las fábricas de sus proveedores, que "no son capaces de suministrarnos todos los tapones o botes que necesitamos”. Asimismo, hay países que, aunque aún no hayan comprado su producto, también se han puesto en contacto con ellos manifestando su interés. “Así que nos está llegando la posibilidad de vender en otros países sin haber hecho labor comercial, algo muy beneficioso y que además nos permite tener una visión muy amplia del mundo“, añade.

El citado producto superó los estándares que fija la norma UNE EN 14476, para lo cual se llevaron a cabo análisis en un laboratorio homologado que certificaron que duplicando la dosis que recomienda la etiqueta del producto se garantizaba la desinfección. “Aunque es un virus nuevo, hay cepas ya en laboratorio para estudio, por lo que es fácil hacer pruebas con las dosificaciones que se dan por parte de los fabricantes, hasta que se da con la dosis más aproximada que acaba con el virus, cuyos resultados llegan en un mes como máximo. Por otro lado, el coronavirus pertenece a la familia Coronaviridae, para los que la norma mencionada demuestra la efectividad de nuestro producto”, sostiene el responsable de la compañía.

La exitosa trayectoria que ha cosechado la empresa desde su nacimiento avala su actividad profesional, en la que también comercializa artículos como detergentes o pastillas para urinarios, además de otros destinados a césped artificiales, la desinfección de frutas y verduras o a combatir la legionella.