En Casalé fueron pioneros, en el año 2004, en la valorización de residuos de construcción y demolición (RCDs) en Aragón. La gestión de este tipo de deshechos está estrechamente relacionada con el medioambiente, por lo que la Responsabilidad Social Corporativa forma parte de su ADN. "Nuestro proceso consiste en la fabricación de áridos reciclados, contando con su preceptivo marcado CE para su comercialización en el sector de la construcción", apuntan desde la empresa. "Con ello, eliminamos el impacto negativo asociado a la eliminación de residuos en vertedero y reducimos el consumo de recursos naturales, así como las emisiones de CO2", añaden.

"Desde Casalé llevamos muchos años poniendo en valor residuos para los que antes no existía otra opción de gestión que la eliminación en vertedero. Venimos gestionando unas 100.000 toneladas al año, con un ratio de valorización cercano al 100%", indican. Aunque el objetivo legal está fijado en el 70%, en esta empresa se logran porcentajes superiores gracias a la innovación en la mejora de los procesos y a la formación para tener personal altamente especializado.

Fruto de esa apuesta, que se articula siempre en torno a la economía circular, en 2015 nació el producto Megalito, un bloque prefabricado de hormigón en el que se incorporan los áridos reciclados procedentes de nuestra actividad de gestión de residuos, «que son nuevamente incorporados al sector de la construcción, cerrando así el círculo. Es un claro ejemplo de economía circular aplicado al sector de la construcción», indican.

Más medidas

Además de la cuestión ambiental, en 2019 Casalé puso en marcha un plan saludable y un código ético, para abordar de forma estructurada otras cuestiones de este ámbito. Así, a través del plan Casalé Saludable, se han desarrollado diversas iniciativas destinadas al bienestar de los trabajadores, como almuerzos saludables, actividades para el fomento del deporte, copago en las sesiones de fisioterapia, un nuevo edificio de servicios recién inaugurado o la implantación de un horario intensivo para mejorar la conciliación familiar.

En el caso de Casalé Buen Gobierno, se ha desarrollado un código ético de conducta que recoge "nuestros principios y valores fundamentales y sirve para trasladar a nuestro personal y a nuestros colaboradores cómo somos y cómo trabajamos", explican.

El esfuerzo de la compañía en estas áreas, que emana de su compromiso con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030, se ha plasmado a través de varios reconocimientos, como el Premio Maz Empresa Saludable 2022, la obtención del Sello RSA del Gobierno de Aragón desde su primera edición o la adhesión a la Red Aragonesa de empresas saludables.