especial agenda 2030

Calcular una huella para proteger el planeta

Los gases de efecto invernadero afectan al medioambiente de forma negativa. Particulares y organizaciones pueden modificar costumbres alimenticias o de compras para cumplirlo.

Hay que cambiar hábitos para lograr un mundo mejor.
Hay que cambiar hábitos para lograr un mundo mejor.
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Viajar en coche, cargar el teléfono móvil o poner la lavadora son acciones cotidianas que pueden afectar de forma negativa al medioambiente. Esto es debido porque durante su realización se emiten a la atmósfera gases nocivos para el planeta y es aquí donde entra en juego un concepto fundamental: la huella de carbono.

Este término tan escuchado al hablar de la lucha de las empresas contra el cambio climático hace referencia al rastro de gases de efecto invernadero (GEI) que dejan las actividades humanas. Para calcular la huella de carbono se tienen en cuenta las emisiones de dióxido de carbono, metano y óxido nitroso, que son los gases expulsados a la atmósfera que más contribuyen al calentamiento global.

Existen tres tipos de huellas de carbono: personal, de producto y corporativa. La primera se centra en las hábitos de consumo de cada persona mientras que la segunda tiene en cuenta el proceso productivo de un producto y la tercera, que en la que las empresas van a poner el foco para su reducción, toda la actividad de una organización.

Reducir, misión de todos

El cuidado del planeta es un tema que incumbe tanto a los individuos a nivel personal como a las empresas. La consecuencia directa es que todos deben luchar por reducir su huella de carbono, lo que implica un cambio en determinados hábitos.

Las familias pueden contribuir a esta lucha mediante la adquisición de alimentos de proximidad y de temporada, ya que ayudarán a reducir las emisiones de CO2 derivadas del transporte y de la conservación de los alimentos en cámaras de refrigeración. Además, pueden combatir el cambio climático teniendo en sus hogares electrodomésticos con certificado de eficiencia energética A, los mejores de su categoría. Por último, en los hogares también se puede reducir el consumo de energía, modificando la temperatura del aire acondicionado y la calefacción, y de agua.

Las empresas también pueden reducir su huella de carbono. En primer lugar deben fomentar la eficiencia energética así como la economía circular, cuyos principios deberán aplicar en su cadena de suministro, promoviendo el reciclaje y dando una segunda vida a los elementos que utilicen. Por otro lado, deberán optar por fuentes de energía renovables. Finalmente deberán optimizar su cadena de suministro y reparto con la digitalización por bandera para mejorar los flujos de información entre los empleados.

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Este contenido ha sido elaborado por BLUEMEDIA STUDIO, unidad Branded Content de Henneo.

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