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Biota y Sádaba: dos municipios ‘hermanos’ que están unidos por su cercanía, su historia y su presente

Patrimonio, arte y naturaleza se dan la mano en estas localidades de la comarca de Cinco Villas

Biota y Sádaba son dos municipios ‘hermanos’ de la comarca de las Cinco Villas, no solo por su cercanía, sino porque desde antiguo han compartido historia y presente. Ambos son de las localidades más representativas de esta delimitación geográfica, ya que conservan un extenso patrimonio, como el presente en la iglesia de San Miguel de Biota, una de las más bellas de la zona, por su imponente portada románica llena de detalles escultóricos.

Aunque el municipio conserva otros vestigios importantes, como la presa de Cubalmena, uno de los mejores ejemplos de ingeniería hidráulica romana de Aragón. Se cree que esta construcción podría formar parte del sistema de abastecimiento de agua de la ciudad romana de Los Bañales, ubicada muy cerca.

También de Biota destaca el regio palacio que corona la villa, el de los Condes de Aranda (siglo XVII), y junto a él, su torreón medieval, un monumento al pasado que vigila desde lo alto la localidad.

A sus pies, saliendo un poco del municipio, la Fuente del Diablo, llamada así por una leyenda muy extendida entre los cincovilleses que cuenta como una muchacha, cansada de llenar sus cántaros de agua en dicha fuente, engañó al diablo para que le construyera un acueducto que llevara el agua a su casa.

Mitos aparte, se trata de una zona junto al río Arba de Luesia, en donde se puede pasar un día en plena naturaleza. Muy cerca está Malpica de Arba, una pedanía de Biota llena de encanto.

A los pies de su castillo

Al llegar a Sádaba destaca, a simple vista, su impresionante castillo medieval, visitable por dentro y con servicio de visitas guiadas, y la esbeltez de la bella torre gótica que corona la iglesia de Santa María, en cuyo interior se conservan espectaculares piezas únicas, como el retablo de la Virgen, de óleo sobre tabla del siglo XV, o el famoso Cristo Marinero, que se encontró entre los restos de un naufragio en el siglo XVI.

Estos elementos representan la historia de un municipio que conserva otros muchos atractivos entre sus casas, combinando casonas nobiliares, como la que alberga su hospedería. Un edificio del siglo XV que acoge un establecimiento que destaca por la atención al cliente, tanto en su alojamiento como por los turistas que optan por disfrutar en su restaurante, La Encantaria, donde los productos locales son protagonistas, combinándose con la cocina más vanguardista.

Además, Sádaba cuenta con un importante pasado romano, con ejemplos como el mausoleo romano de Los Atilios o la llamada sinagoga.

Pasear por las calles de Sádaba y también por Biota evoca el recuerdo de tiempos pasados y tranquilos, solo alterados por la alegría y el bullicio que se vive cuando en ambos se celebran sus fiestas populares, dos veces al año, en mayo y en agosto. Fusión de diversión e historia para disfrutar de dos municipios llenos de encanto.

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