El Grupo Bellvis cuenta con una dilatada y reconocida historia en la industria aragonesa. Dentro de sus divisiones de negocio destaca la trayectoria y buenos resultados de la actividad de pavimentos industriales, que puede ilustrarse con importantes proyectos tanto a nivel nacional como regional. Entre ellos, el que se llevó a cabo en el museo del Atlético de Madrid, el Cívitas Metropolitano, o, dentro de la Comunidad, los acometidos en el Pabellón Puente de Zaragoza, sede actual del Mobility City, y el del aparcamiento de la Expo 2008, entre otros de calado.

Este es el fruto de una esforzada trayectoria, que comenzó hace más de 50 años, cuando Bellvis fue una de las primeras compañías en pavimentos industriales de Aragón. Ahora, gracias a la apuesta por las nuevas tecnologías, la compañía se encuentra a la cabeza en el sector, tanto para usos industriales como para garajes y aparcamientos, sin olvidar su especialización en producción agroalimentaria.

En este último sector es donde vuelve a ponerse de manifiesto su condición de referente nacional, pues Bellvis ha sido la responsable de los suelos de los 18.000 metros cuadrados de los secaderos de Jamón de Jabugo en Huelva para el grupo Valls Company. Llama la atención que esta instalación cuenta con certificación antibacteriana, lo que demuestra su afán innovador.

En Aragón, los principales productores agroalimentarios son clientes de la compañía. De hecho uno de los hitos de la empresa es ser responsable de la pavimentación del matadero de porcino más grande de Europa en la Comunidad.

Por otro lado, Bellvis se ha ocupado de los suelos de los principales aparcamientos públicos y privados de la capital aragonesa. Entre ellos, el de la plaza de Los Sitios, reconocido como el mejor por los propios usuarios en Google Maps.

Excelentes cimientos

Los proyectos ejecutados por Bellvis a nivel autonómico y nacional demuestran la profesionalidad de la compañía aragonesa. Y esto, en palabras de su actual responsable, Marcos Bellvis, se debe "al esfuerzo y a la constancia de cada persona que forma parte de la plantilla, de la cual estamos muy orgullosos".

El pequeño de la cuarta generación recuerda que su padre les inculcó la importancia del I+D+i cuando todavía nadie hablaba de eso, allá por los años setenta. Con su abuelo y su bisabuelo no llegó a trabajar, pero sí que se le viene a la memoria lo importante que para ambos progenitores era "un buen apretón de manos, mucho más que un documento firmado", explica risueño Marcos Bellvis.