Aragón con niños

Aventuras, castillos y dragones para que la imaginación de los niños vuele en Peracense

Desde recreaciones históricas y visitas guiadas hasta rutas de senderismo, el Castillo de Peracense hará las delicias de niños y niñas este verano.

El Castillo de Peracense se erige sobre la roca que domina el pueblo del mismo nombre.
El Castillo de Peracense se erige sobre la roca que domina el pueblo del mismo nombre.
TURISMO DE ARAGÓN

Desde el remoto siglo XIII el Castillo de Peracense lleva vigilando, encaramado a lo alto de una roca con aspecto marciano, a la localidad turolense con la que comparte nombre. Ubicado cerca de la frontera entre Teruel y Castilla-La Manca, domina el valle del Jiloca, impertérrito al paso del tiempo. Y aunque parezca que entre sus muros ya solo hay silencio, no hay nada más lejos de la realidad, ya que cada visita se convierte en una ocasión especial para la que caballeros, princesas y soldados vuelven a recorrer las estancias de este castillo. 

Una de las actividades que más turistas atrae y que más entusiasmo genera entre los más jóvenes de las familias que se acercan a Peracense son las visitas teatralizadas del castillo, en las que ciertos personajes de la historia antigua toman la palabra a los guías y ayudan a los visitantes a entender cómo era la vida en los años de más actividad de esta fortaleza. En ocasiones (y anunciadas debidamente en la web del Castillo de Peracense), estas visitas cuentan con la participación de una decena de recreadores históricos que ayudan a darle toda la teatralidad necesaria para que el espectador se sumerja de lleno en la historia. Otras, es el propio guía quien sabe cómo atraer la atención de los más pequeños, empezando por presentarles al 'dragón' de este castillo, ya que una familia de lagartos de considerable tamaño decidió hace un tiempo instalarse entre sus muros para el asombro de los más pequeños.

Pero, más allá de estas visitas, si hay algo que de verdad puede despertar la atención de los pequeños (y no tan pequeños) es la muestra y exposición permanente de armas de asedio que alberga el Castillo de Peracense y que cuenta con un total de 17 artilugios diferentes, todos a tamaño real, y que seguro despierta la curiosidad de los niños y niñas (además de la de algunos padres).

La muestra de armas de asalto es uno de los reclamos que más llaman la atención de los niños.
La muestra de armas de asalto es uno de los reclamos que más llaman la atención de los niños.
Acrótera

¿Cómo era la vida en el castillo?

Una cita anual que ninguna familia debería saltarse en este entorno es, sin duda, la recreación histórica que se celebra en el castillo. El primer fin de semana de agosto, Peracense vuelve a la época en la que fue frontera con el reino musulmán y, de la mano del grupo Fidelis Regi, entre 60 y 80 recreadores insuflan vida de nuevo a las estancias del castillo mientras el espectador asiste al desarrollo de los acontecimientos. Cambios de guardia, la vida diaria entre los muros y las historias de los personajes seguro que, entre otras curiosidades, despiertan la imaginación de los niños. 

Igualmente, también se celebra cada año en el mes de agosto el mercado medieval de Peracense que, si bien involucra en mayor medida al pueblo, puede ser una oportunidad para grandes y pequeños de disfrutar del entorno y aprovechar para ver esta pequeña localidad así como subir al castillo. 

Las recreaciones históricas se celebran el primer fin de semana de agosto, de viernes a domingo.
Las recreaciones históricas se celebran el primer fin de semana de agosto, de viernes a domingo.
Acrótera

Senderismo... ¿en Marte?

También las rutas senderistas que hay alrededor del castillo y que han sido rehabilitadas y recuperadas son perfectamente aptas para los más pequeños y, algunas, llevan a cuevas escondidas, no exploradas, a aldeas medievales (¡con su iglesia incluida!) y a peñas y miradores desde las que explorar todo el panorama que ofrece el Jiloca. Además, el territorio y la piedra rojiza sobre la que se construye el castillo le da un aire extraterrestre llamará la atención a más de uno. 

A la hora de prepararse la visita hay que tener en cuenta la climatología de la zona, muy ventosa y algo más fría que la de las capitales de provincia. El mejor horario en verano para hacer estos senderos (algunos son muy sencillos, de apenas 300 metros de desnivel) es a primera hora del día para salvar el calor aunque es posible que al caer la tarde no nos sobre una chaqueta ligera.

Las visitas organizadas tienen lugar de lunes a domingo, entre las 10:30 y las 14 y las 16:00 y las 21; hasta el 15 de siempre y, a partir de esa fecha, el horario se acorta de 15.30 a 19 de miércoles a domingo. La entrada individual es de 3,50 euros para adultos y 2 euros para niños de entre 6 y 14 años

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