Algunos bellos, y no del todo conocidos, rincones de la provincia de Huesca
¿Crees que ya lo conoces todo del territorio altoaragonés? Te retamos a que descubras nuevas excursiones perfectas para esta época estival.
A lo largo y ancho del territorio oscense, existen infinidad de rincones para perderse, detenerse o simplemente, desconectar del ritmo cotidiano. Algunos de ellos se encuentran en el 'top ten' de los más populares de Aragón, pero otros, quizá, pasan más desapercibidos, sin dejar de ser extraordinarios y llenos de encanto.
Conscientes aún así de que cada visitante debe confeccionar su lista de enclaves preferidos, Huesca La Magia ofrece a continuación siete opciones para descubrir este verano. De estas propuestas y de otras muchas, es posible encontrar información en la aplicación ‘Huesca la Magia’, disponible para Android e iOS, diseñada para poder disfrutarla desde la preparación del viaje y hasta cuandose llegue al destino, ya que todo el contenido está geolocalizado, de manera que todo lo que merece la pena descubrir se encuentra muy rápidamente.
El casco histórico de Santa Cruz de la Serós
El casco histórico de Santa Cruz de la Serós es uno de los más cuidados y más bellos del Alto Aragón, declarado como Conjunto Histórico Artístico. Su apellido, 'Serós', le viene de la vinculación de la localidad con las religiosas (las sorores en aragonés o, lo que es lo mismo, hermanas o monjas) que hasta finales del siglo XVI habitaron en el monasterio de Santa María. Hoy ya no queda nada del monasterio, únicamente se ha conservado su espectacular iglesia, joya del románico aragonés del siglo XII, en la que destaca su campanario, y que ha llegado prácticamente intacta hasta nuestros días. De gran interés es la ermita de San Caprasio, antigua iglesia parroquial de la localidad, que se construyó a principios del siglo XI y que se distingue por ser el único edificio de estilo románico lombardo que se conserva íntegramente en la provincia.
Las cuevas del Ciervo de Chimiachas
Las cuevas del Ciervo de Chimiachas constituye la más notable representación de arte rupestre de la cuenca del Vero, concretamente en el término municipal de Alquézar. En el entorno del río existen multitud de covachos y abrigos que sirvieron a las sociedades prehistóricas de hasta hace más de 20.000 años de antigüedad para dejar plasmadas en sus paredes un extraordinario conjunto de pinturas, que fueron integradas dentro del Par que Cultural del río Vero e incluidas por la UNESCO en el año 1998 en la lista de Patrimonio Mundial, formando parte del Itinerario Europeo 'Caminos de Arte Rupestre Prehistórico'. De entre los más de 60 abrigos con pinturas existentes, destaca por su extraordinaria belleza y excelente estado de conservación el conocido como Ciervo de Chimiachas, aunque en sus alrededores es posible visitar también los abrigos de Quizans, y las singulares y fotogénicas balsas de Basacol.
De pastoreo en las bordas de Viadós
Sin duda, un maravilloso rincón para perderse en la provincia de Huesca. La gran magnitud del valle de Chistau junto a las grandes cumbres que lo rodean forman un paraje de increíble belleza, en el que se encuentran las típicas construcciones pastoriles llamadas bordas, un verdadero signo de identidad y de tradición de la montaña.Con tejado de paja de centeno, de pizarra o de cerámica, en un tiempo no muy lejano se almacenaba la hierba cortada en verano para alimentar al ganado en los largos y fríos inviernos. Son una muestra de la actividad pastoril de la zona, en Viadós, Tabernes, San Mamés y Poma constituyen un conjunto más que interesante e imprescindible para visitar.
El Mirador de los Buitres en Sarsamarcuello
El Mirador de los Buitres en Sarsamarcuello frece un paisaje irrepetible y un buen lugar desde el que contemplar de cerca a las aves rapaces. Un camino ascendente que enlaza con los accesos a Marcuello desde Linás y Sarsamarcuello conduce a un privilegiado mirador de los Mallos de Riglos y buena parte del valle del Gállego, una vez que el río supera las sierras exteriores del Prepirineo. Las vistas desde el mirador de los Buitres son espectaculares, ya que se sitúa a una altura mayor que los mallos y permite ver los nidos de las aves rapaces que anidan en sus paredes verticales. Abajo, como miniaturas, aparecen los pueblos de Riglos y Murillo de Gállego, con Agüero al fondo. Su acceso, además, está adaptado a personas con discapacidad.
La zona del Montsec, más allá de las pasarelas
Son varias las excursiones que se pueden hacer para descubrir la zona del Montsec de forma accesible e ideales para hacer con los más pequeños de la casa. Así, destaca la ruta senderista del castillo de Viacamp, de poco más de media hora. Muy agradable es el paseo que parte desde el pueblo de Tolva hasta el inicio del Congost de Cajigar, un imponente desfiladero de dos kilómetros de longitud y 50 metros de desnivel. De trazado circular, sale una ruta en Chiriveta hasta la 'font del LLoc', donde se cruza el' barranquet de la Font' y se avanza dejando Casa Colladet a la derecha. Se continúa por una senda que concluye en la ermita de Nuestra Señora del Congost. Otra de las posibles rutas arranca desde Finestras hasta la ermita de San Marcos, que constituye un estupendo mirador para contemplar la muralla y el pueblo deshabitado.
¿Has visitado la Provenza oscense?
El valle de Baliera ofrece poblaciones muy pintorescas como sacadas de la Provenza francesa: acogedoras, románticas, medievales y repletas de encanto y de paisajes hermosos. Aunque no hay campos de lavanda, sí existen amplios prados donde pasta el abundante ganado. Destaca el núcleo de Castanesa que, aún siendo muy pequeño, posee dos barrios con sus dos iglesias; y Castarné, que se encuentra construido en una cima rocosa. Es por ello que es muy recomendable acercarse a su mirador, el de Castellot, en la parte más alta de la localidad.
El reconstituyente valle de La Fueva
El mágico valle de la Fueva es ideal para una escapada y recargar pilas en un entorno de altísimo valor paisajístico y naturalista, en el que son muy conocidos sus divertidos carnavales. Para conocer el valle, se recomienda seguir la huella que ha dejado su patrimonio románico en el castillo de Samitier, el complejo militar de Muro de Roda o el castillo de Troncedo, declarados como Bien de Interés Cultural. Otra de las propuestas es disfrutar al máximo de su orografía con rutas senderistas de todos los niveles, la práctica de BTT, escalada o descenso de barrancos, entre otras actividades. Y no hay que pasar por alto sugran oferta gastronómica con una deliciosa y sorprendente cocina tradicional típica de la alta montaña.
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