Comer bien y vivir mejor, cuidando el planeta. Es el nuevo lema de Alcampo, una empresa de distribución firmemente comprometida con el mundo que les rodea, tanto a nivel social como medioambiental.

A través de la Fundación Alcampo, tratan de promover una buena alimentación y unos hábitos saludables mediante la colaboración con diversas entidades y organizaciones sin ánimo de lucro. En 2022, apoyaron un total de 12 proyectos de alimentación, de los que se beneficiaron más de 63.000 personas.

Uno de ellos fue el Programa ALASS, presentado por la Fundación del Instituto de Investigación Sanitaria de Aragón en colaboración con Alcampo Los Enlaces. Se otorgaron 27.000 euros para cofinanciar el primer año de ejecución de este proyecto de investigación entre 300 niños y adolescentes, cuyo objetivo es mejorar los hábitos alimentarios. También destaca la compra de un camión frigorífico para la Fundación Banco de Alimentos de Zaragoza, que contó con la colaboración de Alcampo Utebo y un donativo de 27.000 euros.

Tras el éxito cosechado en la primera edición, Alcampo ha vuelto a convocar a todos aquellos participantes con un proyecto que encaje en su misión. Entre las iniciativas que ya se han puesto en marcha destacan ‘Cocinamos Salud’, presentado por la Fundación Joan Salvador Gavina, un espacio para que niños, adolescentes y familias en situación de alta vulnerabilidad social aprendan a cocinar de manera equilibrada; ‘Sembrando educación’, de la Fundación Educo, que pretende formar a los profesionales de diversas entidades sociales para que puedan promover una alimentación saludable y sostenible, y ‘Aprender hábitos saludables para mejorar la calidad de vida de las personas con TEA’, un programa que mezcla una serie de talleres centrados en la buena alimentación con la creación de una guía de recursos saludables en lectura fácil para personas con autismo.

Además de las diversas acciones sociales que realizan, Alcampo también trabaja en planes para ayudar a conseguir los Objetivos de Desarrollo Sostenible, tratando de descarbonizar su actividad y la de su cadena de producción, luchando contra el desperdicio alimentario, apostando por la eliminación del plástico y transitando hacia un modelo de producción y consumo basado en una economía circular que ayude a proteger la biodiversidad.