Acompañamiento psicosocial y espiritual al final de la vida

Mejorar la calidad de vida de los pacientes en el proceso final de su vida y también la de sus familiares a través de la intervención de Equipos de Atención Psicosocial (EAPS) en hospitales, residencias y en domicilios de toda España. Este es el principal objetivo del programa para la Atención Integral a Personas con Enfermedades Avanzadas de la Fundación ‘la Caixa’ que, con la colaboración del Ministerio de Sanidad, ha atendido, desde 2008, a más de 650.000 personas: 290.181 pacientes y 372.630 familiares.

Una cifra que, en el caso de Zaragoza, donde son atendidos por el Equipo de Atención Psicosocial (EAPS) del Hospital San Juan de Dios, con el Apoyo del Departamento de Sanidad, alcanza a más de 6.400 pacientes y 7.000 familiares.

Se trata de un objetivo que consiguen año tras año, según se recoge en las conclusiones de la última evaluación que, coincidiendo con el Día Mundial de los Cuidados Paliativos, han presentado los responsables del programa tras estudiar la efectividad de las intervenciones de los EAPS en España, con datos recogidos durante 2021 y 2022. "Esta evaluación pone de relieve la importancia de la mirada integral: se deben atender todas las dimensiones en las situaciones de enfermedad. Nuestro objetivo como profesionales es contribuir a que el cierre de la biografía se dé en las mejores condiciones posibles y que la atención pueda ser integral en todos los casos, ya que todas las personas merecen un final de vida sereno y digno", destaca el doctor Xavier Gómez-Batiste, catedrático de medicina paliativa y director científico de este programa de Fundación ‘la Caixa’.

Una de las principales conclusiones de la evaluación es la mejora del ánimo: en la primera visita, el 78% se sentía regular o mal. Después de la intervención de los EAPS, este porcentaje se reduce a menos de la mitad. Según el citado informe, tras recibir atención psicológica, social y espiritual, un 66% de los encuestados considera que sus creencias y valores le ayudan a enfrentarse a la situación.

Una propuesta que también contribuye a mejorar las dimensiones psicológicas (ansiedad, depresión, malestar), las sociales (capacidad de relación y de comunicación) y las consideradas como esenciales (espiritualidad, dignidad, sensación de paz y de perdón, y grado de aceptación).

Principales características del programa