Tercer Milenio

En colaboración con ITA

JÓVENES INVESTIGADORES: PABLO GUERRERO

"La antimateria no puede ser un arma de destrucción"

Solo tiene 24 años, pero ya sabe lo que es formar parte del mayor laboratorio del mundo en física de partículas, el CERN. Mientras los investigadores intentan averiguar con sus experimentos qué pasó tras el Big Bang, ingenieros como Pablo Guerrero trabajan en el LHC Computing Grid (LCG): una tecnología que permite procesar y distribuir 10 millones de gigabytes de información al año.

Pablo Guerrero, en el Centro de Cálculo del CERN
Pablo Guerrero, en el Centro de Cálculo del CERN

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EN EL CEREBRO DEL GRID Llegó al CERN de Ginebra gracias a una beca para hacer el proyecto de fin de carrera de Ingeniería Informática. La experiencia fue tan buena que en 2009 Pablo Guerrero solicitó un puesto en el GRID, el servicio responsable de compartir la información generada por los experimentos del acelerador de partículas. “No toda puede ser tratada ni almacenada”, aclara. “Ya desde las primeras fases de recogida de datos se filtra la que no es de utilidad para los físicos. El resto se organiza dentro del GRID para facilitar su acceso, manteniendo copias de seguridad”.


Con sus enormes necesidades tecnológicas, el CERN siempre va diez pasos por delante. Tal como recuerda Pablo, “es lo que pasó con la web, desarrollada en el CERN para compartir información entre los físicos y que hoy es una parte fundamental en nuestra sociedad”. Un trabajo en progreso cuya tecnología todavía está en fase de desarrollo. “Ninguna de las tecnologías existentes cuando se inició el proyecto permitían algo así, por lo que se comenzó a desarrollar un sistema capaz de manejar y tratar toda esa información y distribuirla a lo largo de multitud de lugares a nivel internacional”.


Pero antes de trabajar en un centro tan mitificado hay que enfrentarse a la realidad: “Cuando llegas al CERN, la primera impresión no es tan buena como esperas, la mayoría de los edificios son muy antiguos. Pero cuando tienes la oportunidad de visitar el túnel y algunos de los experimentos, todas las expectativas se quedan cortas. Es realmente impresionante, tanto por el tamaño como por la complejidad de los equipos”.


Aunque para este zaragozano es su lugar habitual de trabajo, algunos escritores de ‘best sellers’ lo han convertido en el escenario de una trama alrededor de la antimateria. “Sí, he leído la novela de Dan Brown, ‘Ángeles y demonios’ -confiesa-. En mi opinión, la antimateria como arma de destrucción masiva puede tener una base científica, pero no tecnológica. A la velocidad de producción actual tardaríamos miles de millones de años en producir la antimateria necesaria para una bomba equivalente a las actuales”.


Evidentemente, el objetivo del CERN no puede ser más opuesto, descubrir la fuerza creadora del Universo. Un reto a largo plazo en el que también hay espacio para recompensas personales: “Recuerdo con especial emoción a Stephen Hawking, dando una charla el año pasado. Y el día en que se volvió a encender el LHC después del accidente. Todo el mundo sentía que el trabajo en equipo de tanta gente comenzaba a dar sus frutos”.


EL LHC COMPUTING GRID

Pablo Guerrero trabaja en el departamento de IT (Information Technology), poniendo a disposición de los usuarios las nuevas versiones de pruebas y de producción de gLite, el software utilizado en el GRID. Se trata de un sistema de computación masiva que funciona a velocidades 10.000 veces superiores al actual Internet. Su objetivo es analizar los resultados de la colisión de partículas subatómicas. “En el IT somos unas 500 personas. Estamos justo en medio, entre los equipos que desarrollan el software y los que lo implantan, realizando las tareas de integración y certificación”.