¿Qué es una isquemia cerebral?

Un "ictus" o isquemia cerebral es una emergencia sanitaria que supone la interrupción brusca del suministro de sangre al cerebro, lo que puede derivar en complicaciones graves si no se reducen al mínimo los tiempos empleados en el proceso de diagnóstico y tratamiento.

Pruebas realizadas para detectar el ictus en el Hospital Clínico de Zaragoza, el pasado 29 de octubre, con motivo del Día Mundial del Ictus.
Pruebas realizadas para detectar el ictus en el Hospital Clínico de Zaragoza.
Aranzazu Navarro

Una isquemia cerebral, accidente cerebrovascular que mantiene hospitalizada a la periodista y presentadora María Teresa Camposes un trastorno brusco del flujo sanguíneo cerebral que altera de forma transitoria o permanente la función de una determinada región del encéfalo.

De acuerdo a lo que establece el Grupo de Estudio de las Enfermedades Vasculares Cerebrales de la Sociedad Española de Neurología (SEN), se recomienda la utilización del término "ictus" para referirse de forma genérica a la isquemia cerebral, a la hemorragia intracerebral y a la subaracnoidea.

Cualquiera de estos accidentes cerebrovasculares son considerados una "emergencia sanitaria" en la que si se aplican a las personas que lo sufren medidas adecuadas de soporte vital y se reducen al mínimo los tiempos empleados en el proceso diagnóstico y terapéutico iniciales, es posible reducir la mortalidad y disminuir las secuelas que provoca.

Así se recoge en el Programa de Atención al Ictus que el Gobierno de Aragón puso en marcha hace siete años para el abordaje de este problema de salud. Desde entonces, se estima que la asistencia integral e integrada a esta patología que se desarrolla en el apartado de 'Proceso de atención sanitaria al paciente con ictus' redujo la mortalidad por esta causa un 23% entre 2009 y 2014.

"En la evolución de esta enfermedad -indican los expertos- es vital el tiempo transcurrido desde el inicio de los síntomas hasta la confirmación diagnóstica porque decide, en el caso del ictus isquémico (85% de los ictus), el inicio del tratamiento específico y sus cuidados posteriores, influyendo así en el pronóstico de la enfermedad".

Por este motivo, los neurólogos consideran de gran importancia que la población disponga de información suficiente que le permita reconocer la aparición de los síntomas de una isquemia cerebral o ictus para poder acceder a una asistencia especializada adecuada en el menor tiempo posible.

En este sentido, la activación del protocolo de emergencia conocido como 'Código Ictus' permite la rápida identificación, priorización, notificación y traslado de los pacientes con ictus a los servicios de urgencias hospitalarios, con el fin de poder realizar la asistencia de manera inmediata, minimizando la mortalidad y la aparición de complicaciones y facilitando la aplicación del tratamiento de reperfusión (fibrinolisis) en aquellos pacientes con ictus isquémico en los que esté indicado. Por otra parte, "el abordaje preventivo del ictus mediante la promoción de hábitos de vida saludables y el control de factores de riesgo vascular, especialmente la hipertensión, son intervenciones que pueden evitar muchas muertes", subrayan los médicos.

En resumen, existe evidencia de la importancia que tiene para mejorar los resultados en salud de los pacientes con isquemia cerebral o ictus la provisión de atención especializada organizada y sistematizada en los diferentes momentos de la enfermedad y muy especialmente durante las primeras horas de evolución.

En los últimos años, se han desarrollado diferentes guías de práctica clínica con recomendaciones a los profesionales para mejorar la atención a los pacientes con riesgo de sufrir un ictus o a los que ya lo han sufrido, tanto en el ámbito de la Atención Primaria como en el de la Atención Hospitalaria.

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