Referencia cultural zaragozana con 35 años de trayectoria

El centro ha dedicado siempre espacio a exposiciones temporales de alto nivel, tanto de arte antiguo como contemporáneo.

Poco antes de la inauguración de la Expo de 2008, el Museo Camón Aznar reabrió sus puertas tras ser sometido a una profunda remodelación, en la que se trabajó durante 10 meses y se invirtieron 5 millones de euros.


El centro pasó a llamarse Micaz (Museo Ibercaja Camón Aznar) y, como principal novedad, reabrió sus puertas apostando fuerte por Goya, reuniendo en su interior 244 grabados de sus principales series y las 14 pinturas del de Fuendetodos que hasta ese momento se mostraban al público en el Patio de la Infanta. Las obras eran propiedad de la entidad financiera y de la Real Sociedad Económica Aragonesa de Amigos del País.


El responsable de aquel proyecto expositivo, el historiador del arte Antonio Meléndez, vinculado al proyecto de Las Edades del Hombre, aseguraba: "Un museo tiene que ser un edificio que apasione y, para conseguirlo, ha de tener un relato fácil de entender por todo el mundo". A partir de ese momento el museo se convirtió en la principal referencia de Goya en Aragón, más si cabe por el fallido proyecto de reunir las obras de Ibercaja y del Museo de Zaragoza en un solo edificio, que se estuvo acariciando durante unos años sin que llegara a buen puerto.


La renovación que se acaba de hacer no ha afectado en nada al proyecto arquitectónico de 2008, pero sí ha puesto el acento, aún más si cabe, en la figura del artista de Fuendetodos. Culmina así un proceso iniciado el 30 de noviembre de 1979, cuando abría sus puertas el museo recogiendo la colección de arte reunida por el profesor y académico aragonés José Camón Aznar y su esposa María Luisa Álvarez Pinillos.


Para mostrar la colección al público, la que entonces era la Caja de Ahorros de Zaragoza, Aragón y Rioja adquirió un palacio renacentista, la casa de Jerónimo Cósida. Del edificio original se conserva el exterior, con el mirador de arquillos típico de las casas renacentistas aragonesas; y, especialmente, el patio, de gran belleza.


El centro, que ya ha cumplido 35 años de singladura cultural, ha dedicado siempre espacio a exposiciones temporales de alto nivel, tanto de arte antiguo como contemporáneo.