Paz y amor

Me he reenganchado a Candy Crush. Lo dejé por torpe, porque no soy estratega ni competitiva y me atasco semanas enteras en el mismo juego. Candy Crush es unas veces relajante y otras atosigante (todos avanzan y tú no), y también un recurso para domar la ansiedad mientras le das al mando a distancia en busca de algo que evite los telediarios del siempre lo mismo. Puigdemont encarcelado y en sus trece; la ‘kale borroka’ catalana; la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal que dice que, aunque el ‘procés’ no ha frenado la economía nacional, sí ha hecho de las suyas en la catalana que ha perdido el liderazgo del crecimiento en el conjunto de España; y la suspensión de la Barcelona World Race 2019 por la inestabilidad política.

Sigo y me encuentro la boda de Imanol Arias, pero a mi, "me ‘cagüen’ la leche, Merche", me sigue pareciendo un defraudador. Me trago las chanzas por la incultura de los ‘supervivientes’ que no saben ni quién es el Jefe del Estado. Un formato visto por casi tres millones de espectadores… Sé que esto no ocurriría en Francia, donde es habitual y unánime la exaltación de los valores de esa monarquía republicana que tienen. Y da envidia la grandeza con la que honra a sus muertos, como en el homenaje de Estado por el coronel asesinado por un activista del IS, cuando se intercambió por un rehén, y también en el de Johnny Hallyday. Impensable aquí, cuando hay políticos que ni aplauden al Rey pero se fotografían, como Pablo Iglesias, con la expresidenta argentina Cristina Fernández procesada por asociación ilícita, lavado de dinero y ‘traición a la patria’, y anuncia, como un personaje del corazón, que va a ser padre de gemelos.

Con el dedo pegado al mando, caigo ante ‘Gladiator’ y ¡¡ pufff’!!, porque, como Pretty Woman, es la película-bucle que danza sin rumbo por todas las cadenas de televisión los 12 meses del año. Me queda, gracias a Dios, la alegría de un blog que leo en su día 67 (de lucha contra esa ‘c’ de cáncer): "Los principios ya no están de moda, pero a mi me gustan". Así que, paz y amor.