¡Viva el amor!… también en las vacaciones de Navidad

Las navidades son una época ideal para disfrutar en familia de un merecido descanso que, a veces… puede ser agotador.

La apariencia física también influye en las relaciones.
Pareja en Navidad.

Aunque la verdadera prueba de fuego de la convivencia en pareja son las vacaciones de verano, no hay que olvidar que las Navidades representan un periodo muy propicio para disfrutar en familia de un merecido descanso que, a veces… puede ser agotador. Las constantes reuniones familiares y los compromisos en forma de regalo típicos de estas fechas pueden ser fuente de desavenencias en el ámbito doméstico.

Para la psicóloga zaragozana Pilar Cebrián, “hay un elemento que funciona como hilo conductor y del cual se desprende un amplio repertorio de miniconflictos que a menudo van llenando el vaso… y es que somos diferentes de nuestro compañero de viaje”.

Según explica la psicóloga, "en las rutinas diarias, los hábitos establecidos no nos hacen ser tan conscientes de esas diferencias", ya que todo está dispuesto en horarios y costumbres, que poco dejan a la libertad de expresión y de acción. "Sabemos lo que va a pasar en cada minuto del día y eso nos relaja", detalla.

Sin embargo, durante las vacaciones, el ritmo cambia y comienzan una serie de días de convivencia real con nuestra pareja que conviene afrontar desde el primer momento con positividad y teniendo muy en cuenta lo siguiente:

Los límites del día a día se distienden y eso hace más visibles las diferencias entre la pareja. Por eso, es recomendable no imponer nuestro punto de vista sobre todo, sino elegir en qué momento plantear nuestra opinión y hacerlo a través de una sugerencia si es posible y sin llegar a exigirlo. Hay que valorar esas tres o cuatro cosas que no te gustan de tu pareja. “¡Solo tres o cuatro!”, recuerda Pilar Cebrián, quien apunta que se gastan más energías intentando cambiar al otro y gestionando la rabia que eso genera, que aceptando a tu pareja tal cual es: “A ver, ¿de verdad ha sido tan terrible que se tomara dos cervecitas de más? Si te paras a pensar, es más grave si no paramos de darle vueltas, que el hecho en sí de que lo haga. Y sí además, hemos desembocado una discusión por ello, hemos sumado un día o dos de contaminación a los poquitos días que teníamos para disfrutar”, explica la psicóloga. Siempre es más divertido intensificar lo que une que lo que separa y recordar por qué elegimos a la otra persona para que estuviera a nuestro lado. Además, que nadie se llame a engaño… el control de posicionarse en el polo positivo o el negativo es cosa nuestra. Es aconsejable utilizar el tiempo en pareja, sea verano o invierno, para hablar, planificar y compartir experiencias sin esperar a que lleguen las vacaciones. Hay muchas motivaciones detrás: años, vivencias, hijos, anécdotas…  porque como dice Pilar Cebrián, "ya tenemos demasiadas obligaciones en nuestra vida. Las relaciones deben estar en el área del ocio, y el ocio tiene que ser divertido