Por
  • Pedro Cía Gómez

El lago de los datos

El lago de los datos
El lago de los datos
Pixabay

El lago de los datos es una traducción literal de ‘data lake’, denominación que coloquialmente se aplica al proyecto de lo que será el Espacio Nacional de Datos de Salud. Se trata de un repositorio o almacén de gran cantidad de datos sanitarios. 

Así, datos procedentes de historias clínicas, que diariamente elabora el médico con lo que el paciente le relata sobre su enfermedad, aparte de su función principal de servir para orientar hacia el diagnóstico y adecuado tratamiento, pueden servir para otros usos, denominados secundarios, como pueden ser utilizarlos como base de investigaciones o como orientadores para la mejora de políticas sanitarias.

La ingente cantidad de datos que se recogen en la actividad sanitaria, tratada con
las nuevas tecnologías, puede contribuir decisivamente a mejorar la salud

El extraordinario desarrollo de los medios informáticos actuales, así como las facilidades que proporciona la historia clínica electrónica permiten hoy el análisis de millones de datos de historias clínicas y también de los que se obtengan de análisis y de pruebas de imagen (TAC, resonancia, ecografía, etc.). Se podrá disponer para diversos estudios de una cantidad de información de la que nunca antes habíamos dispuesto. Así lo señalaba la gerente Amaia Brugos recientemente en la publicación profesional ‘El Médico’ (núm. 1.237, de 2023), donde notificaba que se atienden cada año en España 234 millones de consultas de Atención Primaria y 83 millones de consultas en el ámbito hospitalario. Se comprende que la posibilidad de analizar las informaciones procedentes de este ingente número de actuaciones médicas y de otras constituye una base muy aprovechable para conocer mejor la situación real de nuestra sociedad respecto a la salud y la enfermedad, averiguar las tendencias, identificar factores de riesgo de enfermedades, promover mejoras en la salud, desarrollar investigaciones y orientar nuevas políticas sanitarias y en definitiva para cuidar y mejorar la salud.

Naturalmente, es imprescindible que todo este manejo de información respete absolutamente la confidencialidad. Así lo expresa claramente el actual Código de Deontología Médica en su artículo 15: "La historia clínica electrónica debe asegurar la confidencialidad" (y naturalmente, toda historia clínica, sea o no electrónica). Ningún paciente puede ver en riesgo la privacidad a la que tiene derecho, ni sufrir ningún tipo de perjuicio.

Pero debe garantizarse el derecho del paciente a la intimidad

De nuevo hay que recordar que las aplicaciones científicas solo pueden ser consideradas como tales si siguen la metodología científica y si se desarrollan siguiendo las directrices de la ética. Estas directrices implican como objetivo fundamental el bien de las personas y de todas las personas sin discriminaciones, ni perjuicio para algunos. En este caso, profesionales de la salud y enfermos, en sus encuentros habituales, seguirán siendo fuente de investigaciones, pero hoy con nuevos medios, incluso abriendo cauces para verter información a ese ‘lago de datos’, que ahora nos anuncian y que ha de servir, con la intervención de la inteligencia de los investigadores y la ayuda de inteligencia artificial, para mejorar la salud de las personas y de la sociedad.

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