Por
  • Fernando Rivarés Esco

Innovar o diluirnos

Horno de fundición de la empresa Ebfroacero en Zaragoza.
Innovar o diluirnos
Francisco Jiménez

Innovación e Industria. Dos conceptos que pocas veces oímos en boca de representantes municipales, como si la ciudad fuera ajena a los grandes retos del mundo o como si los modos contemporáneos de entender la ciudad no tuvieran que asumir que sus fronteras mentales son viejas y perjudiciales cuando se autolimitan las oportunidades y los propios retos. 

Las pocas veces que les oímos hablar de ello suenan tan poco convincentes como intentar vender una tablet dibujando su funcionamiento en una libreta de papel.

El aislamiento tecnológico no es una opción. No vernos como una metrópoli, tampoco. Son residuos ideológicos de una ciudad que ya no somos y que debe brillar en el mundo interconectado en el que vivimos. Por eso, mi empeño casi obsesivo por contar con un Plan Económico orientado a la industria, el empleo de calidad y la innovación. Vivimos un contexto de fin de la pandemia, recuperación económica, inestabilidad mundial y alza de precios, y el olvido de Azcón a estos sectores es el mayor error de sus cuatro años de gobierno (el mayor fracaso es la movilidad con una visión del siglo pasado). Zaragoza no está hoy mejor preparada a nivel industrial que cuando estalló la pandemia. Y competimos con ciudades que sí están acometiendo esa necesaria reindustrialización.

Hay pocas cosas más patrióticas que fortalecer la industria de nuestro país y trabajar por alcanzar una soberanía industrial que no nos haga depender de los mercados asiáticos. Y la industria de nuestra ciudad. Pero estos años Zaragoza ha menospreciado la oportunidad que suponen los fondos europeos. Y para asumir el reto hemos de entender qué significa y que necesitamos un cambio radical en la concepción de la Consejería de Economía y Empleo y, en general, en la política industrial y de innovación del Gobierno de Azcón para que asuma que su radio de acción no puede quedarse sólo en una parte importante pero pequeña del sector servicios (comercio y hostelería).

¿Cómo diseñamos ese Plan Económico y de Innovación? Con la creación de la Oficina de Atracción de Inversiones y diferentes estrategias para el acceso a canales de financiación y la digitalización de empresas, pymes y autónomos. Insisto en la necesidad de actuar en los polígonos industriales en los que la intervención de Azcón ha sido casi inexistente. Es imprescindible afrontar de una vez las mejoras que precisan los polígonos en energía limpia y barata, asfaltado, iluminación, señalización y transporte público.

Zaragoza necesita diseñar una estrategia de desarrollo industrial y tecnológico,
un aspecto que el Ayuntamiento ha descuidado durante los últimos cuatro años

Y si queremos ser una gran ciudad innovadora en el campo energético e industrial, hemos de crear nuestra propia estrategia investigadora asumiendo como puntal una Estrategia Municipal del Hidrógeno para reforzar el liderazgo aragonés en la materia como elemento diferenciador de la industria y la investigación en la ciudad, y por tratarse de un elemento clave en la descarbonización de la movilidad y la economía. El hidrógeno verde es una necesidad para que los mayores consumidores de derivados del carbón, que son el transporte de mercancías o la industria pesada, puedan funcionar con energía limpia. La electricidad no va a ser eficiente para esos grandes consumos hoy contaminantes.

Y para mejorar de manera directa la vida de la gente debemos crear la marca Zaragoza Smart City de manera que se unifiquen todas las acciones en este ámbito. Destacan dos iniciativas estrella: una denominada Avenidas Smart para introducir sensores y dispositivos inteligentes que permitan una adaptación semafórica al tráfico, la localización rápida de espacios de aparcamiento o una gestión más eficiente del transporte urbano, además de una mejora de la seguridad vial. La otra está centrada en uno de los problemas emergentes de la ciudad: el ruido. Consiste en instalar sensores en múltiples puntos que permitan en cada momento conocer los orígenes del ruido y actuar quirúrgicamente donde sea necesario.

La atención a las industrias creativas y de los videojuegos resulta imprescindible en este Plan.

Podemos elegir entre el sol y la sombra, pero no podemos decidir que la luz solar no es nuestro alimento como seres vivos. Y una ciudad es también un cuerpo vivo que se adapta y evoluciona o se diluye.

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