La tesis del desamor

Romper una relación de manera demasiado amable puede ser un acto de crueldad.
Romper una relación de manera demasiado amable puede ser un acto de crueldad.
José Miguel Marco

He recibido comentarios a mi anterior entrega que me inducen a continuarla la próxima semana, en favor de dos aclaraciones.

 La primera es que en mis crónicas vierto opiniones e ideas ajenas, de las que no respondo. La segunda, en parte concreción de la primera, se refiere a la tesis, expuesta hace siete días, de que, cuando alguien rompe una relación de modo miserable, la persona abandonada desarrolla un sano rencor, útil para sobrellevar la pérdida. A tal fin, solo habría una cosa peor que una despedida entrañable: empeñarse en la amistad.

En concreto, he de aclarar que, por lo que la conozco, no creo que la defensora de esta idea incurra en la «apología del maltrato» que aprecian algunas personas que me han escrito. Aprovecharse del maltrato no es elogiarlo. Ariadna me dijo que, para enfrentarse al abandono, en lugar de haber recibido de José Ángel una nota difusamente esperanzadora, preferiría haber sido vejada por él. Añado ahora algo que no me atreví a decirle entonces: que dicha nota es un definitivo acto de crueldad y que un día también le servirá para desamar a quien la escribió.

Respecto a otras críticas a mi texto de hace una semana, admito que fui pretencioso recurriendo al mito de Ariadna y Teseo, pero no al incorporar a Borges y a Bradbury. Evoqué un cuento del primero tal cual lo narré; se nombraba al segundo en la nota que transcribí. En cuanto a la ambigüedad en la procedencia de la cita final, que podría hacer pensar que fuera propia, y no de ‘Crónicas marcianas’, acháquesele al autor de dicha nota (véase, supra, la primera aclaración).

jusoz@unizar.es

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