Vuelva usted en festivo
Había una vez un anciano que solía decir a quienes le hablaban del futuro con soltura: "Aún no he visto yo ningún mañana". Usaba esta fórmula para advertir de que se debía hacer más pronto que tarde lo inexcusable de ejecutar, por si acaso. Si viviera en este tiempo en el que antes de dar cualquier paso debemos pedir cita le daría un síncope.
En la actualidad, la pandemia de covid-19 se ha convertido en la coartada perfecta para que se precise la redundante fórmula de cita previa para todo.
El colmo de los colmos es lo que lo le ocurrió a un octogenario zaragozano: le habían dado cita hace unos tres meses para el pasado lunes, 2 de mayo, festivo en Aragón. Cuando se dio cuenta y quiso advertirlo a la administración (en este caso la oficina de un consulado en Zaragoza), no hubo forma de que le cogieran el teléfono. Finalmente, la pasada semana recibió la confirmación de que debía presentarse el pasado lunes en las oficinas. Así que adelantó su regreso del puente para poder acudir. Y al llegar se encontró... la puerta cerrada.
De haber hallado la oficina abierta sería noticia de primera página: "Vuelva usted en festivo".
Fue el aragonés Baltasar Gracián quien acuñó en su ‘Criticón’ referencias a lo que ahora se conoce como procrastinar (del latín 'procrastinare', postergar hasta mañana). Sostiene Aurora Egido que Mariano José de Larra pudo inspirarse en el belmontino al escribir su archiconocido artículo ‘Vuelva usted mañana’. Porque para entonces ya hacía siglo y medio que el autor del 'Oráculo manual y arte de la prudencia' había despotricado de quienes se transforman en cuervos y gritan sin cesar: "Cras, cras, ¡mañana!".
