Como un hombre

Un hombre andando
Como un hombre
Pixabay

Usoz, ya andas como un hombre", fueron las palabras del profesor Ernest Lluch hace treinta años, yendo por el Paseo Nuevo de San Sebastián, en compañía de otro discípulo y amigo, donostiarra, bastante mayor que yo. 

Consciente de que no era una metáfora sobre mi progreso académico, a la edad que yo tenía entonces, aquella observación me impactó. Después, con el transcurrir de las décadas, yo también he captado en otras personas el cambio en los andares que tiene lugar, no solo cuando se deja de ser rabiosamente joven, sino también en otras etapas de la vida.

Con todo, porque dicha mutación no se nota día a día, o por falta de perspectiva, yo seguía convencido de que mis zancadas, aunque no fueran las de un chaval, se mantenían garbosas, varoniles y sexis. Ahora bien, como llevo una temporada con unas molestias en una pierna, que van, vienen y cambian de foco, pero apuntan a crónicas, empecé a fijarme en la pobre gente que camina renqueante y, para cerciorarme de mi condición al respecto, ideé hacerme grabar mientras andaba por la calle. Desde luego, tratándose de materia tan delicada, hube de pedirle el favor a alguien de mi total confianza, así que puse la cámara de mi móvil en manos de un amable desconocido que estaba sentado en un banco.

Al recordar esas imágenes, que eliminé del teléfono, pero no de mi mente, pienso en lo que me diría Ernest Lluch, si las viera o, mejor, si pudiéramos volver a pasear en torno al monte Urgull de Donosti. "Usoz, ya andas como un señor mayor", le oigo espetarme. Y yo respondo que no, que estoy hecho un toro, que solo es una lesión pasajera.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión