La cuarta fase

Recreaciones de la Baja Edad Media en el castillo de Monzón
'La cuarta fase'
José Luis Pano

Durante dos millones de años todo fue cooperativismo. 

La humanidad vivía en clanes separados e itinerantes constituidos por unos pocos individuos que compartían los bienes. Este régimen desapareció casi por completo hace doce mil años, con la llegada de la agricultura, que trajo propiedades, fronteras, ejércitos, culturas de masas y aparatos de poder, los cuales estaban legitimados por dioses muy oportunos que, sin embargo, no se hacían cargo de las facturas. Así que hubo que recurrir a los tributos.

El tercer gran momento empezó a fines del siglo XVIII. La nobleza y el clero dejaron de ser clases exentas y la autoridad tuvo que responder de sus gastos e ingresos ante un parlamento. A la vez, frente al corporativismo y los privilegios, surgió el individualismo burgués del ‘laissez faire’, raíz de la economía de mercado. Esta, exigida por los retos de la sociedad industrial, fue incorporando la intervención pública y la progresividad impositiva, en términos de eficiencia, justicia y lucha contra las crisis.

En el presente, la inminencia del desastre global hace presagiar una cuarta fase, que supondrá aumentar e internacionalizar las decisiones colectivas y, por tanto, establecer más impuestos y mejor diseñados, suprimiendo los paraísos fiscales de las clases exentas actuales. Las alternativas a esta renovación, desde el sálvese quien pueda, hasta estatalizar a ultranza, no generarán sociedades prósperas y libres, sino otras más opresivas y violentas. Modos de vida que una parte de la humanidad logró dejar atrás y a los que nadie en su sano juicio querría volver.

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