Me adentro por entre los laberintos de mi cabeza para repasar mis anhelos de cada nuevo año. Que han ido cambiando conforme coleccionaba las agendas con las que mi compañía se ha empeñado en sorprenderme cada noche de Reyes. El poso de la vida va ubicando las prioridades, y supongo que la madurez nos va desnudando de lo accesorio para atinar con lo que merece la pena.

Esboza el alma una sonrisa al atender los caprichos de juventud de esas mis criaturas que comienzan a estirar las alfombras de su futuro: retos admirables, objetivos envueltos a veces en el vértigo de la osadía natural de esos años en los que corresponde comerse el mundo. Y aun amarrados al sentido común, que les desborda, elevan el listón de las inquietudes personales y profesionales que la vida se encargará de ajustar.

La conversación me ayuda a rememorar también mis tiempos de osadía en los que no temía conducirme por recovecos afilados con la inconsciencia de quien es incapaz de advertir complicaciones.

Pero de pronto ese recorrido de los años nos sorprende con un salto mortal y la realidad se revoluciona para cambiar de sopetón todo aquello que parecía consolidado. Entonces se brinda un nuevo valor a todas aquellas pequeñas cosas que hasta hace nada parecían rutinarias y por las que hoy se suspira: más allá del recurrido abrazo, un viaje, una bocanada de aire, una reunión entre amigos o un partido de fútbol como Dios manda.

En la realidad entrante, se suspira hasta por aquello que antes podía llegar a molestar. Se da entidad a los gozos pequeños y adquiere dimensión lo que en su esencia lleva sellada la importancia, la trascendencia.

Por eso, entre lo que más respeto impone es el no poder estar al lado de aquellos a quienes se quiere en los momentos más comprometidos. Se nubla la mente al imaginar la forma de afrontar la enfermedad sin compañía. Y se rompe el corazón al pensar en quienes viven en soledad el acecho temible de este virus. Así que con la mirada que ofrece esa perspectiva, ¿cómo no van a cambiar los perfiles que diseñan mi nuevo año?