Malena Alterio: "El juego siempre ha estado en primer plano en mi vida"

Estrena este viernes 'Que nadie duerma', la película basada en la novela de Juan José Millás, en la que da vida a una mujer rota que decide reinventarse.

Malena Alterio, durante la presentación de la película.
Malena Alterio, durante la presentación de la película.
Zipi/EFE

A dos meses de cumplir los 50 años, Malena Alterio sigue posicionando, como ella mismo dice, «el juego en el primer plano» de una vida repleta de satisfacciones. ¿La última? Un papel protagonista en 'Que nadie duerma', la película dirigida por Antonio Méndez Esparza, que adapta la novela homónima de Juan José Millás y que este viernes llega a la cartelera. La bonaerense -llegó a España con tan solo ocho meses, en 1973- encarna a Lucía, una programadora informática a la que despiden de su trabajo y que decide dar un giro a su vida convirtiéndose en taxista. En los trayectos conocerá decenas de historias mientras espera pacientemente la ocasión de llevar en él a su vecino desaparecido, del que se ha enamorado.

-¿Cómo llegó al proyecto y qué le sedujo del mismo?

-Pues mira, el proyecto me llegó hace cuatro años. En ese momento no había ningún guión y me fui corriendo a la librería a comprar el libro de Millás, terminé de leer la novela y ahí me di cuenta de que era una novela muy compleja como para hacer ninguna versión de cine, además me querían de protagonista a mí... No sé, mira, yo creía que esto, como tantos proyectos que se quedan en la cuneta, no se iba a hacer. Pero afortunadamente me equivoqué y todo lo que parecía un sueño, una irrealidad o algo que no iba a pasar, ya estaba pasando.

-Es su primer protagonista en cine en bastantes años. ¿Llevaba tiempo esperando esta oportunidad?

-No, a ver, yo estoy muy contenta con todo lo que he hecho y cómo se me ha ido dando. No he parado de trabajar, he hecho cine, teatro, tele, y con proyectos que me han interesado, especiales, y de los que me siento muy orgullosa. Con lo cual no es que estuviera anhelando ansiosamente cuándo me iba a llegar un protagonista. Me interesó por el director y por la adaptación de la novela, pero no por mi protagonismo. Y también porque yo creo que es un mecanismo de defensa que tiene mi cabeza, que cuando me lleno de responsabilidades, me bloqueo. La manera en que hemos ido construyendo este personaje y esta película ha sido tan laboriosa, que no me dio tiempo a pensar que era protagonista, que estaba llevando el peso de la película, que recaía sobre mis hombros.

-Es la primera vez que Antonio Méndez Esparza dirige a actores profesionales. ¿Qué le ha llamado la atención?

-Todo. Hay algo que rescato y que reivindico que es ser experimental y no tener tantas certezas y estar tan cuadriculado a la hora de trabajar, que por otro lado entiendo, porque las películas son muy caras. Pero ponerte a probar, a experimentar sin saber hacia dónde vas, no cualquiera se lo puede permitir, y Antonio trabaja así, improvisando, en el día a día y sobre lo que hay, no sobre la idea de lo que él quiere. La verdad es que ha sido genial encontrar nuevos caminos para trabajar.

-Da vida a una mujer que se reinventa. ¿Se ha planteado alguna vez dar un giro de 180 grados?

-Bueno, yo soy más de 145 grados (ríe). Son giros tranquilos, pero también porque la vida te va poniendo en tomar decisiones y en dar cambios, afortunadamente, porque yo creo que para crecer hay que cambiar, cambiar de foco, y ahí aparecen las cosas nuevas. Profesionalmente no lo he hecho porque me ha ido bien, porque estoy contenta con lo que me viene pasando, porque me sigue divirtiendo, pero no descarto que el día de mañana, si de repente me canso o se me pasa la ilusión o lo que sea, pues cambiaré. No sé si me comprarán una licencia de taxi, pero algo haré (ríe).

-Su padre y su tía son actores consagrados. ¿Siempre tuvo claro que sería actriz?

-No, obviamente siempre he estado muy vinculada con el oficio, por mi padre, por mi tía, luego por mi hermano... Ha estado muy presente en mi día a día, en mis recuerdos, en mi infancia, siempre. Lo que sí es verdad es que siempre he sido muy tímida, iba por debajo, en silencio, pero siempre he estado fascinada con mi padre, con transformarme, disfrazarme, hacer reír, bailar, jugar. En mi vida, el juego siempre ha estado en un primer plano.

-¿Qué es más difícil hacer drama o hacer comedia?

-Ay, me parece difícil hacer buen drama y hacer buena comedia, quiero decir, todo tiene su dificultad. No sé, todo es difícil y todo es fácil. Tengo la fortuna de poder transitar por varios lados y me gusta. Lo que me encanta es contar historias y que estén bien contadas y escritas y que sean personajes con aristas, contradictorios, humanos...

-¿Cómo está viviendo estas elecciones en Argentina y con un candidato como Milei?

-Ay, Dios mío, estamos todos muy nerviosos y muy preocupados. Espero que la sangre no llegue al río y que no salga este hombre tan dañino. En fin, confiamos en que el pueblo argentino sea sensato y apunte bien.

-Llevan años reclamando papeles más interesantes para mujeres de más de cuarenta años. ¿Eso está cambiando?

-Yo creo que sí. Lucía creo que es un personaje apasionante y es una mujer que tiene 45 años. Y también pienso que estamos en una edad en donde podemos contar muchas cosas. De unos años a esta parte, las directoras que han ido apareciendo y las historias que se van mostrando de las mujeres son muy ricas, muy interesantes y ojalá que sigamos en ese camino.

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