Escarabajo con sorpresa
Warner se encuentra en una etapa de ajustes y reordenación, situación extensible a la de DC y su universo cinematográfico, que entrará en fase de reinicio. En esta coyuntura, la reciente y entretenida ‘Flash’ llevaba aparejada la singularidad al intuirse que sus juegos temporales y las vías que exploraba difícilmente se retomarán. Algo parecido ocurre al acercarse a ‘Blue Beetle’, otro de los últimos títulos de DC antes del gran cambio: no se descarta que el personaje tenga algún tipo de encaje en lo que vendrá.
El reclamo y el significado de que muestre a un latino como héroe envuelven la película de Ángel Manuel Soto, una de esas que contra pronóstico ofrecen más de lo esperado. Sin inventar nada, desprende vistosidad por lo bien que aplica sus elementos a la vez que su carácter menor, su cauce de serie B y su tono generan una simpatía que se saborea, y corroboran su condición de ‘tapado’ en la temática.
En el desarrollo se detectan aspectos como la inflexión personal provocada por los poderes y la realidad inesperada, el rasgo de ciencia ficción de la inteligencia extraterrestre que elige a su anfitrión, la simbiosis entre las partes (la humana y la tecnológica) y la inspiración en el concepto de exoesqueleto (plasmado más allá de la armadura y la máquina). También aparece la cuestión de que el protagonista coge el relevo de otros poseedores del escarabajo. Como se explica (en referencia a los cómics), Jaime Reyes es el tercero en el canon.
El componente latino motiva la importancia narrativa concedida a la familia. La descripción del modo de entenderla se materializa primero con sentido humorístico para después canalizar la calidez y las alusiones a la unidad frente a las dificultades. La villana, interpretada por Susan Sarandon, representa lo opuesto en una historia redondeada por guiños, detalles y música ‘synthwave’.