En estos momentos, los siete integrantes de Los Santos Inocentes debían estar completando por España el último tramo de la gira ‘35 años’ junto a Enrique Bunbury. Sin embargo, el abrupto comunicado del cantante zaragozano el pasado 15 de mayo, en el que anunciaba su retirada inmediata de los escenarios por "motivos de salud", dejó en el limbo a sus fieles escuderos.

Fue un golpe demoledor, del que se han tratado de reponer como mejor saben:con la música. Durante una semana se han reunido en el estudio La Casamurada de Bañeras del Penedés (Tarragona) para grabar cinco canciones que esperan que les sirvan de pasaporte para emprender nuevas aventuras profesionales. Un lugar que conocían de primera mano, ya que allí inmortalizaron el penúltimo disco de Bunbury, ‘Curso de levitación intensivo’.

Los aragoneses Ramón Gacías (batería), Quino Béjar (percusión) y Santi del Campo (saxo), más Jordi Mena (guitarra), Jorge Rebenaque (teclados), Álvaro Suite (guitarra y voces) y Robert Castellanos (bajo) conforman este escuadrón que ha sido el sostén de Bunbury, y que ahora se han reencontrado en tierras tarraconenses. "La idea de esta grabación sale de las ganas que teníamos de vernos y de seguir haciendo música juntos. Pensamos que podría ser muy interesante aprovechar todos los años que llevamos tocando como banda y ver cómo podríamos manejarnos con un puñado de canciones propias. Hemos estado una semana en el estudio grabando, han sido cinco canciones que mezclaremos en México dentro de un mes aproximadamente", explica Santi del Campo.

Sin distracciones

Un proyecto que arrancó a principios de verano y que se ha ido solidificando con el paso de las semanas. "Más o menos a mediados de junio empezamos a intercambiar demos e ideas de canciones que teníamos por ahí, cada uno desde su casa; algunas eran más antiguas y otras muy recientes. Nos juntamos con unas 15 en total, y decidimos elegir cinco para grabarlas durante los siete días que teníamos reservado el estudio. Hemos ido haciendo un trabajo previo estos meses con los textos, estructuras y arreglos, pero la forma definitiva se la hemos dado esta semana en el estudio, alguna ha variado bastante de la idea original, y en general estamos muy satisfechos con el resultado de todas", prosigue el que fuera miembro de Especialistas.

La familiaridad con el estudio, en el que trabajaron hace dos años, ha supuesto otro acicate. "Ya conocíamos La Casamurada. Tenemos todo lo necesario para poder aislarnos y concentrarnos en el trabajo. La sala principal y el control suenan muy bien, está perfectamente equipado, y además podemos comer y dormir allí mismo, sin distracciones y respirando ambiente de grabación todo el tiempo. Volveremos siempre que podamos", reconoce Del Campo.

Aunque por sus caracteres y antecedentes se adivina que su sonido transitará por la senda de un tono mestizo y fronterizo, optan por no definirlo ni acotarlo. "Durante los años que llevamos juntos como banda hemos ido moviéndonos por diferentes estilos musicales, a veces muy dispares entre sí, y eso nos ha hecho inmunes al encasillamiento. Preferimos que sea el público el que le ponga el nombre que prefiera".

"El primero en escucharlo"

El próximo paso de Los Santos Inocentes será, una vez remachada esta tarjeta de presentación sonora, explorar todas las vías que se les abran. "La idea de grabar estas cinco canciones ha sido comprobar cómo podemos funcionar produciendo nosotros mismos, ver la respuesta que podemos tener con el público y la industria musical, e intentar encontrar la manera para dar un siguiente paso. Lo de salir a tocar a los escenarios próximamente dependerá de cómo vaya todo este proceso, ganas las tenemos todas", asevera Del Campo.

Resulta imposible no aludir a la figura de Enrique Bunbury, el que ha sido su líder durante tanto tiempo. Pese a que no ha participado en la grabación, su impronta está muy presente. "Enrique conocía el proyecto, está feliz por nosotros y será el primero en escuchar el resultado. Para nosotros será tremendamente importante su opinión", concluye.