Enrique Bunbury: "Describo lo que veo, pero no soy sociólogo, politólogo ni futurólogo"

Primer directo de MTV, compilación de colaboraciones y rarezas… y ahora, un disco que se siente a medio camino entre el territorio amigo y un salto de fe.

De alguna manera, ‘El libro de las mutaciones’ (2015) se interpuso en mi camino, mientras preparaba este álbum. Justo cuando andaba con ‘Palosanto’, iniciando un giro hacia sonidos más actuales y contemporáneos. Hubiera preferido que me hubieran ofrecido el ‘Unplugged’ en otro momento previo. Creo que todo hubiera tenido más sentido. Lo bueno fue que la gira fue magnífica y tuve más tiempo para preparar el nuevo disco. Así, con ‘Expectativas’, la evolución ha sido mayor, y la distancia con el pasado se hace más evidente.

La mística vuelve a impregnar su trabajo, aunque también hay sitio para lo carnal. ‘La actitud correcta’ será un nuevo himno en los directos. ¿Había ganas de soltarse la melena a la antigua usanza?

Es un disco que creo que va a funcionar muy bien en directo. Hay un buen puñado de canciones potentes. Veremos cuáles son las que el público hace más suyas. No puedes precipitarte con primeras impresiones, porque la realidad siempre te sorprende.

A lo largo de las canciones hay guiños a Depeche Mode o los neorrománticos, pasando por Reverend Horton Heat o Johnny Cash. ¿Anda usted algo nostálgico?

No soy en absoluto nostálgico. He querido hacer un disco en el que el uso de secuenciadores, sintetizadores analógicos y digitales, los sonidos de guitarra y batería procesados y, en definitiva, un diseño de producción contemporáneo, evitara cualquier mirada al pasado o a las raíces. Todas mis referencias e intereses pertenecen al 2017.

¿Cuán peligrosa o bienvenida es la melancolía a la hora de escribir?

Depende de la canción. Hay veces que la melancolía, en una estrofa, se puede convertir en un arma muy poderosa. Otras es mejor evitarla, para no caer en cursilerías.

El disco empieza con un disparo a la línea de flotación. ¿Cómo se puede evitar la condición de marioneta en la ceremonia de la confusión que vivimos a diario?

¡Buf! No pienses que yo tengo respuestas. Lanzo preguntas. Describo lo que veo. Pero no soy sociólogo, ni politólogo ni futurólogo. De todas formas, en la parte final del disco, apunto unas opciones que me parecen interesantes como último refugio: el amor, el arte y la contemplación.

Su ‘Bartleby’ remite al de Melville. ¿Estamos ante una generación que prefiere no hacer las cosas que se salen de su rutina?

‘Bartleby’ está basada en el personaje del relato de Herman Melville, sí. Resulta paradójico que Melville escribiera también ‘Moby Dick’, que considero la gran metáfora del creador a la caza de su siempre inalcanzable gran obra. En cambio, Bartleby responde: «Preferiría no hacerlo». Cada día me parece más fascinante esta opción. Dedicarte a la contemplación, al ‘dolce far niente’, alejarte de las leyes de los hombres. Me parece una decisión valiente y hermosa.

El disco se cierra con un tema que mece al oyente como ‘La constante’, y ‘Supongo’ es música de telón, muy fílmica. ¿Por qué un final tan calmo para ‘Expectativas’?

Es importante la dinámica de un álbum. Y este es un disco oscuro, con poco lugar para la esperanza. En cambio, hacia la sexta canción, existe un giro inesperado, y aparecen en las últimas cinco canciones distintos refugios que me parecen válidos y funcionan. Así aparece el amor como tabla de salvación. ‘La constante’ es una de las canciones más importantes del álbum, y creo que es de las más hermosas que he grabado.

Cada vez hay más bandas españolas asomando la cabeza en México y el ámbito latino de Estados Unidos. ¿Cuáles ve con más opciones para conquistar corazones allá?

Muchos lo están intentando desde hace unos años. Me alegro de que hayan cambiado las cosas. En otros tiempos se miraba con cierta arrogancia, como por encima del hombro, al mercado americano. En mi opinión, las bandas que veo que mejor trabajan y que empiezan a tener público real son Love of Lesbian y Vetusta Morla, que sin duda se lo merecen. Y de aquí, de la tierra, Kase.O, que es una realidad en toda América Latina. Con posibilidades, veo sobre todo a León Benavente.

La dilección remite a una voluntad honesta, un amor reflexivo según la SGAE. Alguien predilecto es amado de un modo único. ¿Cómo sienta que su ciudad lo quiera tanto, y oficialmente?

¿Te refieres al nombramiento de hijo predilecto? ¡Qué majos! No sé cómo funciona el tema, quién designa o quién decide. Por mi parte, no puedo estar más que agradecido. Me siento muy querido en mi tierra. Y no considero que Zaragoza me deba nada, ni tenga por qué otorgarme nada. En todo caso es al revés. Soy yo quien debe a la ciudad.

En la anterior gira sacó a pasear más canciones de Héroes que nunca. ¿Seguirá la tendencia en la próxima salida a la carretera?

La última fue una gira de grandes éxitos y aproveché para naturalizar algo que debería haber hecho hace años. En esta nueva gira y en adelante, habrá canciones de Héroes, por supuesto, como parte que son de mi carrera, aunque quizás no tantas. Estoy todavía decidiendo el repertorio del ‘Ex Tour’, pero seguro que habrá sorpresas interesantes.

¿Qué ha supuesto el aporte de Santi del Campo a este álbum? ¿Estará en la gira? ¿Planea contar con algún invitado especial para los conciertos españoles?

Santi estará en la gira. Ha sido una parte sustancial del nuevo sonido. Y quiero que dé las pinceladas necesarias al resto del repertorio para traerlo al sonido actual. Además, creo que como ser humano nos va a venir muy bien tenerle cerca. Es un tipo fantástico, que nos conviene y nos merecemos.

Con Alexis Morante, la conexión audiovisual está más que probada. Ahora que se conocen tanto, ¿hablan más o menos en el proceso creativo?

Siempre hablamos mucho antes de realizar un vídeo. Me entiende muy bien y traduce a la perfección mi visión de las canciones. Alexis posee mucho talento y a mí me gusta mucho trabajar en equipo.

La jovencísima zaragozana Erin Memento se está abriendo paso en la escena de Los Ángeles, y pone coros en su disco. ¿Qué tiene para trascender?

Tiene 19 años, una voz fantástica y talento, y eso ya es más de lo que tienen muchos. Hay que seguirla con atención.

¿Habrá ópera rock de Enrique Bunbury en el futuro? ¿Qué voltereta le apetece dar y no ha dado aún?

No lo había pensado. No entra dentro de mis planes. Por ahora tengo este disco y esta gira por delante. Va a ser un año de trabajo duro. Y espero sacar mi próximo disco pronto: ya empecé a trabajar en él y creo que no puedo esperar tanto tiempo entre disco y disco.