Asentado sobre una personalidad muy marcada, Curro Díaz (Linares, 1974) ha logrado que su madurez artística sea reconocida allá donde va. Esta tarde, hará el paseíllo (18.00) en la Misericordia junto a Paco Ureña y Ginés Marín. La afición aragonesa podrá paladear su toreo clásico, profundo y elegante. Seductor, al fin y al cabo.

-¿En qué momento llega a Zaragoza?

Podría decir que en el mejor de mi carrera, pero yo lo que siento es frescura. Tengo sensaciones distintas a las que solía sentir en mis anteriores comparecencias en este ciudad, a la que se suele acudir con la temporada a punto de finalizar.

-¿Le decepcionó la corrida del Domingo de Resurreción, en Madrid?

Para nada. Este espectáculo es como es. Me hubiese encantado poder triunfar, pero la espada cayó baja y perdí la opción de cortar una oreja. No hay que darle más vueltas.

-Su última actuación en la Misericordia fue en 2012, en una corrida Goyesca. ¿Cómo recuerda al público maño?

Aquella tarde toreé junto a Morenito de Aranda e Iván Fandiño. Zaragoza es una plaza de primera en la que gusta el toro bien presentado. Además, sabe valorar el buen toreo; se vuelca en las grandes faenas.

-El cartel de este domingo, día de San Jorge, no suele verse en muchas ferias…

Me parece tan novedoso como bonito. Tanto Paco Ureña como Ginés Marín son dos toreros de un nivel extraordinario. Merecen que los toros les embistan.

-Y el ganado de Luis Algarra, ¿lo conoce bien?

No he toreado muchas corridas de Algarra, pero el año pasado triunfé en una de ellas en Linares. Corté tres orejas y acabé obteniendo el ‘Trofeo Manolete’ por la mejor faena de la Feria de San Agustín.

-¿Con qué ganaderías se entiende mejor?

No sabría quedarme con ninguna en especial. He triunfado con encastes muy diversos y me resulta difícil decantarme por un tipo de toro.

-¿Cuál es ese animal con el que uno sueña la faena perfecta?

Todo depende de la inspiración. Hay días en los que veo muy claro incluso al medio toro; otros, no me encuentro. Para mí es fundamental que el animal entre bien al embroque y tenga cierto recorrido.

-En las últimas temporadas, ¿qué le ha llevado a escalar peldaños en el escalafón?

Cada vez estoy más seguro y asentado frente al toro. Además, quienes me conocen me dicen que he adquirido un punto de profundidad en el muletazo.

-¿Qué tiene Curro Díaz que lo diferencia del resto?

Considero que, para bien y para mal, el público sabe qué tipo de torero acude a ver. Tengo una personalidad muy marcada e intento no engañar a nadie.

-¿Cuáles han sido sus referentes en el toreo?

Por cuestión de cercanía, mi paisano José Fuentes. Después está José Mari Manzanares (padre), que hasta su muerte fue un ejemplo para todos.

-En Aragón, y más concretamente en Teruel, le tocó vivir uno de los episodios más tristes: la muerte de Víctor Barrio.

Fue una tragedia que me acompañará toda la vida. Algo horroroso.

-¿Qué le viene después de Zaragoza?

Tengo un compromiso en Mora, otro en los Barrios y en mayo Madrid. Pero me planteo todo corrida a corrida. Estoy ante una temporada muy bonita, que quiero paladear. No miro más allá de la corrida de esta tarde.