LITERATURA

La Universidad de Zaragoza recibe el legado del escritor Miguel Labordeta

Trece cajas con distintos objetos y 1.850 libros integrarán desde mañana los fondos de la Biblioteca María Moliner.

Miguel Labordeta posa en el parque para su amigo Joaquín Alcón
La Universidad de Zaragoza recibe el legado del escritor Miguel Labordeta
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El legado del poeta Miguel Labordeta (Zaragoza, 1921-1969) llega por fin a la Universidad de Zaragoza. En medio, han pasado años de negociaciones, de desencuentros, de quimeras, e incluso de congresos universitarios en torno a su figura, como el que organizaron en abril de 1994 Túa Blesa y Elena Pallarés. El 1 de agosto de 2009 se cumplen 40 años de la muerte de “aquel orangután celeste” que se vomitaba en la “zaragozana gusanera” y que, hastiado y solo, se marchaba a leer a sus poetas chinos favoritos.

 

El mundo de un creador

En estos 40 años, Miguel Labordeta ha sido estudiado (Antonio Ibáñez redactó una completa biografía suya), ha sido homenajeado, editado y reeditado. Uno de sus grandes especialistas es el profesor y escritor Clemente Alonso Crespo, que ha custodiado desde 1979 su arsenal de poeta, de lector, de corresponsal de escritores, de líder de una generación de postguerra (la del café Niké) y de coleccionista de revistas, de objetos artísticos y de fotografías, firmadas por Joaquín Alcón, especialmente, por el estudio Lagos o por Julio Antonio Gómez, su último editor, etc. Alonso Crespo realizó su tesis doctoral sobre el autor de ‘Sumido 25’ y editó en El Bardo su ‘Poesía completa’ en tres tomos.


El legado que presenta mañana la Universidad, a las 19.00, en el Salón de Actos de la Biblioteca de Humanidades María Moliner, constituye el autorretrato de un escritor crítico e incomodado de posguerra, que asumió la huella del surrealismo y del postismo, la inspiración existencialista y desgarrada, y también un expresionismo lírico que derivaba de autores alemanes y centroeuropeos. Los fondos de Miguel Labordeta se reparten en dos apartados: una colección de 1.850 libros, que estaban en el Colegio Santo Tomás, y particularmente en su despacho, y 13 cajas, que recogen los materiales que había custodiado Alonso Crespo, así como grabados, dibujos, discos, pipas e incluso la mascarilla mortuoria que le hizo el escultor Francisco Rallo.

El epistolario de Miguel Labordeta es muy completo: conservaba cartas con filólogos e historiadores (Camón Aznar, José Manuel Blecua, Francisco Yndurain, Eugenio Frutos, Federico Torralba…), con poetas (desde Blas de Otero, Gabriel Celaya y Vicente Aleixandre hasta Manuel Pinillos, Carlos Edmundo de Ory o Fernández Molina, que fue secretario de redacción su revista), con artistas (Agustín Ibarrola, Fernández Molina o Antonio Mingote, que realizó la portada de su primer libro), o con narradores como Juan Eduardo Zúñiga o Ignacio Aldecoa. También se conservan sus manuscritos de letra enrevesada y diminuta, sus libros autodedicados, sus diarios, y numerosos ejemplares de revistas de su época cono ‘Espadaña, ‘Crótalo’, ‘Doña Endrina’, ‘Palabra’, y todas las zaragozanas, en las que solía colaborar: ‘Ansí’, ‘Papageno’…

 

Un congreso en el horizonte

Su biblioteca está compuesta por primeras ediciones de poetas contemporáneos, amigos suyos, y de clásicos que le interesaron: desde Pablo Neruda a César Vallejo, que fueron dos de sus dioses. La donación concreta un viejo deseo familiar, un ofrecimiento que se remonta a finales de los 70 y que, finalmente, tras distintas tentativas, se ha consumado coincidiendo con el 40 aniversario del poeta, con la publicación del volumen ‘José Antonio Labordeta: creación, compromiso, memoria’ (Rolde /SGAE, coordinado por Javier Aguirre), donde Miguel es un protagonista fundamental, y con la aparición de una antología traducida al búlgaro, realizada por Rada Panchovska, que lleva un prólogo de dos de sus mejores estudiosos, Antonio Pérez Lasheras y Alfredo Saldaña.


En el acto de presentación del legado del poeta participarán el rector de la Universidad, Manuel López, los hermanos del vate José Antonio y Donato Labordeta, y Antonio Pérez Lasheras, que pronunciará una conferencia en torno a sus poemas capitales. El profesor Jesús Rubio Jiménez, que ha sido el gran valedor de este proyecto, ha anunciado que se van a iniciar los trabajos para organizar un congreso “en reconocimiento al escritor y para poner en valor y mostrar este legado tan interesante”. El legado de Miguel Labordeta quedará instalado en la Biblioteca María Moliner y una parte será expuesta en vitrinas y paneles hasta finales de enero.