EX DEFENSOR DEL MENOR

Javier Urra: «La crisis nos ha venido bien; éramos un país profundamente estúpido»

El primer defensor del Menor de España (1996-2001) no es nuevo en la faena de escritor ('Mujer creciente, hombre menguante', 'El pequeño dictador', 'Educar con sentido común', entre otros). Ahora presenta '¿Qué se le puede pedir a la vida?'.

Javier Urra, con un ejemplar de su último libro, hace unos días en la sede de HERALDO.
Javier Urra: «La crisis nos ha venido bien; éramos un país profundamente estúpido»
ASIER ALCORTA

«Haremos bien en despertar cada día rebosantes de agradecimiento, pues en nuestra actitud anida el futuro (...) Que en el epitafio ponga 'Murió vivo'», escribe Javier Urra.

Cito textualmente. «Y cuando al terminar el libro un periodista, un ciudadano me pregunte "¿qué se le puede pedir a la vida?", ¿qué contestaré?». ¿Y bien?

Depende de la actitud, de la sensibilidad de cada cual. Uno puede disfrutar de la nostalgia de lo vivido, de los seres queridos que se han ido, de un amanecer, de los recuerdos. Sirve estar con los amigos, con la familia, con uno mismo.

Hacemos esfuerzos para ser felices, pero las consultas de los psicólogos están llenas de gente infeliz.

El ser humano tiene la capacidad de imaginar y se imagina feliz, pero eso es irreal. Nacemos llorando y sabemos que vamos a morir, y eso nos genera angustia. A cambio tenemos momentos de placer, de disfrute, de genialidad, de conocimiento? Nos gustaría generalizarlos todos, pero eso no es posible. El ser humano debería tener un limitador del placer. La búsqueda de la felicidad nos produce mucha infelicidad.

Nos pasamos la vida buscando la felicidad...

...Y no disfrutamos del momento, sí. Pero si al final su entrevista es buena si el personaje es interesante, usted se quedará con la felicidad del buen trabajo, habrá hecho algo para lo que se ha formado y devolverá a la sociedad lo que es importante. Eso le da momentos de equilibrio, de armonía. Por otra parte podrá estar pensando en sus temas personales, si su hermano le malinterpretó, si su jefe no sé qué? ese es el ser humano. Debemos tener una visión esperanzada de la vida.

¿Incluso inmersos en una crisis?

Sobre todo nos preocupa el paro. La crisis como tal nos viene bien porque éramos un país profundamente estúpido. Habíamos llegado a un punto algodonoso, ridículo? En España nos hemos atrofiado. Y si el AVE llega cinco minutos tarde nos devuelven el dinero. Pero la vida no es así. La crisis nos viene bien para recordar que la vida es esfuerzo, austeridad, voluntad. Dicho esto, el paro es terrible porque el ser humano quiere sentirse útil, ganar las cosas con su esfuerzo. Pero España lo está pasando mal, ¿en relación con qué? En este país, de cada mil niños que nacen, dos mueren antes de los 18 años por enfermedades. En países de África son más de 300. En España la esperanza de vida ronda los 80 años y en África, los 42. Si dice que España está mal, viaje a Nicaragua o a Haití. Yo diría que sí estamos mal, pero en el sentido en que lo tenemos todo: dos chalés, un 4x4... Y esa permisividad terrible con el alcohol y las drogas?

¿Educamos mal a los niños?

No, en conjunto se les educa bien, salvo en urbanidad, en buenas maneras, en protocolo y en respeto. Nuestros niños son profundamente irrespetuosos, y eso es problema de los adultos.

¿Por qué, si venimos de generaciones más respetuosas, educamos a los hijos en lo contrario?

Porque se ha interpretado mal lo que es un trauma. Cuando a un niño se le muere un abuelo quieres que vaya al funeral, pero... ¿y si se trauma? Si le dices que no a un niño, se trauma. Un padre debe inculcar valores, decirle a su hijo que le quiere, darle seguridad y normas. Y desde luego la sanción es parte de la educación. Los niños se han hecho poseedores de derechos, pero no de deberes. Y eso es un error. Tienen que ser responsables, saber dónde están los límites, y nadie se los pone.

¿Existe la sociedad perfecta?

No, y no la busque, porque los humanos no son perfectos. Hay personas que jamás les han levantado la mano a otras, o que nunca le han pegado un tiro a alguien. Pero, ¿cuál es la noticia que sacará su periódico mañana? La del señor que ha matado a alguien en cualquier lugar del mundo. Pero ese es un caso entre millones. La noticia es que en unos sanfermines, con miles de personas disfrutando, no pase nada. Eso es lo sorpresivo, que las cosas funcionen. La gente quiere cumplir, es respetuosa, muy moral. Y encantadora.

¿Y no vamos siempre con el ceño fruncido y esperando lo peor de los demás?

La prensa tiene una culpa grandísima, siempre publicando lo del hombre que muerde al perro? Da solo lo negativo y eso no es verdad. Si un niño en un hospital sería feliz si un artista de fama internacional fuera a verle, y a dicho artista se le dice que no va a haber periodistas ni fotógrafos, dirá que sí. Eso es una buena noticia. Pero los telediarios de hoy empezarán con dos noticias negativas. Yo vivo en Madrid y nunca me han atracado. Ni a nadie de mi entorno. Con el paro que hay habría que preguntarse por qué la situación no se rompe. Pues porque la gente se vuelca. Las familias dan dinero a quien lo pasa mal, aunque sea el cuñado imbécil. La gente tiene otros problemas: el hijo que no estudia, la pareja que está rara, el trabajo? Eso es lo que importa.

¿Tenemos sentido del humor?

No. El niño ríe 300 veces al día. El adulto, 15. Algo falla. Nosotros somos lo que queda del niño que fuimos. Un señor cuerdo es el que pisa charcos de vez en cuando.

¿Olvidamos al niño que tenemos dentro y nos reprimimos?

Mire, a veces voy conduciendo mi coche e imagino que llevo un camión. No me disocio, no soy un psicótico. Pero lo imagino. O estoy en un aeropuerto y empiezo a imaginar las vidas de los que veo. Eso es propio de los niños. El adulto no dice todo lo que piensa, y menos mal. Ni se dice todo lo que piensa de sí mismo. Tenemos mecanismos defensivos.

¿Se sublima la etapa infantil?

Sí. Hay niños que han sufrido mucho, y no todo el mundo querría volver a la infancia. Es necesario saber convivir con la etapa que te toca vivir. Esta es una sociedad estúpidamente joven. Todo el mundo quiere serlo, aparentarlo.

¿Por qué?

La vejez tiene la desesperanza del cansancio, de los dolores, y el joven es más impulsivo. No nos han educado para envejecer.

¿Tenemos miedo a la muerte?

La mayoría de la gente, sí. Le da pena por tantas cosas que querría hacer? Bueno, pues hágalas hoy. Ojo: Vivir no es salir corriendo a hacer cosas, a ver todas las ciudades del mundo. Es hacer todo lo que uno piensa que tiene que hacer, pausadamente, hasta donde pueda.

El libro está lleno de citas célebres, extractos de poemas, frases de películas y canciones... Siempre llevo boli y bloc para tomar notas. Además, leo a los clásicos, oigo música, voy al cine. Por ejemplo, si el libro se hubiera publicado más tarde habría puesto alguna cita de 'Cisne negro', que me ha impactado. Porque yo le he visto a una campeona olímpica española de gimnasia de suelo sus pies deformes. Y me pidió que no permitiera que pasara eso nunca más. Resulta que si queremos tener grandes atletas, grandes deportistas, grandes toreros? hacemos que empiecen muy pequeños. Les robamos la infancia, y esa es una etapa que hay que vivir. La gente quiere endurecer las leyes porque es incapaz de cambiar a las personas. Lo que hay que tener es más ética, más moral personal. Tenemos a 83.000 personas en las cárceles y no podemos sostener eso. O educas o sancionas. Pero cuando sancionas ya hay una víctima. Lo que hay que hacer es educar para que no haya víctimas. El truco está en la educación.

El cine, la música, los libros... están llenos de mensajes.

Ejemplos en cine. Explique la violencia sobre un hijo: el Bola. Explique la violencia sobre las mujeres: Te doy mis ojos. ¿Para qué voy a explicarte 500 páginas si en poco rato ves, captas, sientes y sufres?

¿La televisión embrutece?

La gente la necesita. ¿Cuándo ha habido tanto fútbol? Nunca. Todo el mundo dice que ve La 2, pero en realidad ve lo que quiere ver. A mucha gente no le gusta el boxeo, o no le gusta 'Tiburón', pero los ve, aunque sea tapándose los ojos, para intentar superar sus miedos. Somos contradictorios, y eso nos hace atractivos.

Una cita final.

Una mía, pero copiada. El frontispicio de Delfos: «Conócete a ti mismo». Y le añadiría: «Y comparte a partir de ahí lo mejor de ti con los demás».