Vuelta a la casilla de salida: en busca de un Gobierno

La noche electoral del 20 de diciembre queda más lejos en el imaginario colectivo que en el calendario. Apenas han transcurrido seis meses y una semana, pero da la sensación de que aquella cita pertenece a otra era y que en este lapso han sucedido muchas cosas en clave política. Lo cierto es que ha pasado más bien poco, al menos de relevancia. España ha afrontado unos nuevos comicios y la futura formación de Gobierno no está nada clara. Se vuelve a la casilla de salida. El país lleva medio año con un Ejecutivo en funciones debido a la falta de entendimiento de las principales fuerzas, una ausencia de consenso que vuelve a asomar.

Porque, en números, el panorama ha variado poco. El PP avanzó hasta los 137 escaños, pero aún sigue lejos de los 176 que le darían mayoría absoluta para gobernar en solitario. Los 32 diputados de Ciudadanos (que se ha dejado ocho respecto a la anterior convocatoria) se quedan, pues, cortos. De hecho, si a esa suma se añadieran los escaños de PNV (5) y Coalición Canaria (1), se llegarían a los 175. En esas circunstancias, el PP necesitaría alguna abstención para al menos solventar la investidura de Rajoy y comenzar a gobernar en minoría.

La figura protagonista del domingo, Mariano Rajoy, compareció en rueda de prensa tras el Comité Ejecutivo de su partido para dejar claro que no renunciará a constituir el nuevo Gobierno y, a su vez, aseguró que si los demás partidos no se lo permiten, se produciría una situación "verdaderamente grotesca". En su escenario deseado, el PP aspira a contar con el apoyo de PSOE y Ciudadanos. Esos partidos, según palabras de Rajoy, son "los moderados", y a ellos ha tendido la mano, como ya hiciera en el arranque del año.

Pero Albert Rivera señaló este lunes que sus 3,1 millones de votos no van a contribuir a que Mariano Rajoy siga siendo el presidente del Gobierno. La cosa cambiaría de haber otro primer espada, bien salido de la bancada popular o en forma de figura independiente. El líder de Ciuddanos quiere hablar con PP y PSOE para poner en marcha una mesa de negociación tripartita.

En Ferraz lo tienen igual de claro que antes de los nuevos comicios: el PSOE explorará distintas fórmulas, pero no propiciará, con apoyo o abstención, un nuevo Gobierno popular. El secretario de Organización de los socialistas, César Luena, no cerró la puerta a que su formación pueda intentar formar gobierno pese a sus 85 diputados (cinco menos que en 2015), pero dejó claro que "le toca" a Rajoy tomar la iniciativa al ser el suyo el partido ganador y que los socialistas no están dispuestos a prestarle su apoyo o abstenerse.

"Tenemos una posición que la hemos dicho durante la campaña, que ha sido muy clara y es que no vamos a apoyar a Rajoy ni por acción, ni por omisión, por dejarlo claro", afirmó tajante el 'número dos' del PSOE. También el portavoz del Comité Federal de los socialistas, Antonio Hernando, rechazó cualquier fórmula de apoyo.

A su izquierda se sitúa la unión de Podemos e Izquierda Unida, cuya fómula coaligada ha pinchado en hueso y sólo ha logrado la misma suma de escaños que hace seis meses obtuvieron en solitario: 71. Y su postura sigue inmóvil: Unidos Podemos no apoyará un acuerdo de PSOE y Ciudadanos.

El secretario de Organización de Podemos, Pablo Echenique, avanzó este lunes que, al igual que ya hicieran en las negociaciones tras las elecciones de diciembre, no apoyarán un acuerdo con el PSOE que incluya a Ciudadanos. "Si se nos vuelve a poner sobre la mesa el mismo programa, el resultado será el mismo", aseveró, tras apuntar que siguen pensado que las políticas de la formación naranja sólo suponen la continuidad de las del PP.

?El Congreso se constituirá el 19 de julio y a partir de ahí el Rey abrirá las consultas. Las posturas, a día de hoy, siguen intactas. Quedan seis meses por delante para que los representantes elegidos en votación democrática certifiquen un acuerdo... o de lo contrario se caiga en el fiasco -y el tedio- de unas terceras elecciones.