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La juventud, cada vez menos religiosa pese al altavoz de las redes sociales

Más de 77.000 jóvenes españoles acudieron el pasado fin de semana a la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) celebradas en Lisboa.

Misa celebrada por el papa Francisco, del último día de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) de Lisboa (Portugal)
Misa celebrada por el papa Francisco, del último día de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) de Lisboa (Portugal)
GUGLIELMO MANGIAPANE

Más de 77.000 jóvenes españoles acudieron el pasado fin de semana a la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) celebradas en Lisboa, convirtiéndose en la nacionalidad con más participación en este evento, un dato que contrasta con las encuestas que muestran un marcado descenso del catolicismo en las nuevas generaciones.

Según el barómetro de julio del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), solo el 37 por ciento de los menores de 25 años y el 31 por ciento de los menores de 35 se declara católico.

Hace diez años, en 2013, este porcentaje ascendía hasta el 45 por ciento para los menores de 25 y hasta el 59 por ciento para los de menos de 35. Hace veinte, esos porcentajes se situaban en torno al 66 y 70 por ciento, respectivamente.

No obstante, la religión -o las referencias religiosas- están a la orden del día, especialmente en redes como Tik Tok o Instagram, donde en los últimos meses se han viralizado fenómenos como el grupo de música católico Hakuna, que cuenta con más de 215.000 oyentes en Spotify y que ha colgado el cartel de aforo completo en espacios como el Palacio Vistalegre de Madrid.

También fue uno de los grupos invitados a actuar en la JMJ de Lisboa, otro fenómeno viral que se ha podido seguir casi al completo por redes sociales y durante el que, incluso, se organizó un festival de "influencers" católicos: el Primer Encuentro Mundial de Evangelizadores y Misioneros Digitales.

En Instagram, los "influencers" que promueven los valores católicos congregan millones de seguidores. Es el caso de María G. de Jaime y Tomás Páramo (936.000 seguidores entre los dos), que tras tener a su primer hijo con 19 años han abanderado la lucha contra el aborto.

Otras como María Pombo (3,1 millones de seguidores), Rocío Osorno (1,5 millones) o Teresa Andrés (732.000) también hacen gala de su sentimiento religioso. Se unen a ellas caras conocidas como la marquesa de Griñón, Tamara Falcó (1,5 millones), que sopesó incluso ordenarse monja y que mostró abiertamente su fe durante su paso por el concurso Masterchef Celebrity, que acabó ganando.

Lisboa (Portugal), 2 ago (EFE).- (Imagen: Cristina Cabrejas) El papa Francisco aseguró hoy que se seguirá "haciendo lío", al recordarle los periodistas en el vuelo hacia Lisboa para participar en la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) el discurso de hace diez años en el que dijo a los jóvenes argentinos que participaban en la JMJ de Brasil: "¡Hagan lío!" y que se convirtió en un lema para los católicos.INCLUYE IMÁGENES DE RECURSO DEL VIAJE EN AVIÓN DEL PAPA FRANCISCO HACIA LISBOA
EFE

En abril, unas 60.000 personas asistieron a un concierto organizado por la Asociación Católica de Propagandistas en la plaza de Cibeles de Madrid, frente al Ayuntamiento, en el que participaron artistas como Carlos Baute y Andy & Lucas, entre otros, para "celebrar la Resurrección y visibilizar la fe".

Recuperando el imaginario y los valores de antaño

Siloé, una de las bandas destacadas del "indie" nacional que este mismo fin de semana actúa en el festival Sonorama, utiliza símbolos católicos en sus portadas y videoclips y tiñe buena parte de sus letras de preocupaciones y referencias religiosas.

"La religión y la espiritualidad son temas que nos interesan a todos, pero muchas veces se consideran un poco tabú porque no disponemos del tiempo suficiente para poder hablar de ellos, algo que sí permite la música", explicaba su líder, Fito Robles, en una entrevista con EFE.

Por otro lado, y sin ninguna pretensión evangelizadora, numerosos artistas han recuperado el imaginario y las referencias religiosas: desde las letras de artistas como Rosalía -"segundo es chingarte, lo primero Dios", canta en "Hentai"- o Rigoberta Bandini y su "Que Cristo baje a enseñarme a rezar", hasta el imaginario católico en los videoclips de artistas como C. Tangana y su "Ateo".

Los valores de antaño también se están haciendo un hueco entre los jóvenes, con tendencias como las llamadas "tradwives" (esposas tradicionales) en Instagram, que, nacidas en Estados Unidos, ensalzan la figura de las amas de casa de los años 50 y 60. O incluso el "clean girl" de Tik Tok, la estética de "niña limpia" que aboga por la sobriedad en el maquillaje y el peinado de las mujeres.

Fenómenos minoritarios que no tienen reflejo en los valores de los más jóvenes, según las estadísticas. Solo el 1,8 por ciento de los menores de 25 años (y apenas el 5 por ciento de los menores de 35) se muestran de acuerdo con que el papel de las mujeres sea "cuidar de la casa y de la familia", según el estudio monográfico sobre religión realizado por el CIS en 2017.

Asimismo, más del 50 por ciento de estos jóvenes consideran que la Iglesia y las organizaciones religiosas tienen demasiado poder en España.

El refugio en la religión o en los valores tradicionales es, según el filósofo Pau Luque, una manera de "racionalizar" la incertidumbre que arroja el mundo actual a los jóvenes, que, a su parecer, idealizan el pasado y la estabilidad de las vidas de las generaciones anteriores.

"No hay manera de restaurar la aparente estabilidad que nos daba el pasado sin quitar derechos a algunas personas, porque esa estabilidad provenía, en parte, de que ciertos grupos no contaban con ellos", explica a EFE Luque. 

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