La comandancia de la Guardia Civil de Albacete ha detenido a 10 personas y está investigando a otras 4 por cometer hasta 33 robos con fuerza en sucursales bancarias de zonas rurales de 21 provincias, así como en Alemania y Portugal, y hacerse con un botín que ha podido llegar a casi 1,3 millones de euros.

Según ha informado la Guardia Civil en una nota de prensa, la organización desmantelada, ha cometido estos robos con fuerza en sucursales bancarias de Alicante, Burgos, Cáceres, Cádiz, Ciudad Real, Córdoba, Cuenca, Granada, Guadalajara, Jaén, Madrid, Málaga, Murcia, Navarra, Segovia, Sevilla, Teruel, Toledo, Valladolid y Zamora, y también en ciudades de Alemania y Portugal.

Bautizada como ‘Bis-Bas’, la operación policial se inició tras el robo de 131.000 euros en una oficina bancaria de Minaya (Albacete), en el que los atracadores sustituyeron los bombines de las puertas de acceso a la sucursal y forzaron el cajero y la caja fuerte, hechos que se cometieron, según los investigadores, de una forma violenta y con un alto nivel de especialización.

Los miembros de la organización desmantelada, a los que se les imputan 123 delitos por robos con fuerza, falsificación documental y de matrículas y pertenencia a organización criminal, entre otros, residían en las provincias de Alicante, Madrid y Toledo, donde según el instituto armado pasaban desapercibidos, si bien se activaban de forma periódica para conformar células de entre cinco y diez integrantes para cometer los robos a lo largo del territorio nacional.

Una vez en la puerta de la entidad bancaria elegida, la banda forzaba el bombín de la cerradura de la puerta para sustituirlo por otro nuevo, eliminando así cualquier signo externo de forzamiento o violencia, para seguidamente acceder al interior, provista de pasamontañas, guantes e inhibidores de frecuencia para anular los sistemas de alarma y la línea telefónica y sustraer los equipos de grabación de imágenes.

En este ‘modus operandi’, los miembros de la organización criminal salían de forma rápida del local, dejando la puerta cerrada con su nueva llave ilegítima y permanecían escondidos en las inmediaciones a la espera de la inminente respuesta policial, que ante su llegada para comprobar la alarma no lograban detectar nada anormal al encontrar la puerta cerrada y ningún signo de violencia.

Según el relato del Instituto armado, era cuando, con la alarma inutilizada y sin posibilidad de que se activase otra vez, los delincuentes forzaban la caja fuerte con tranquilidad utilizando sofisticados sistemas de apertura para la rotura de gruesos metales.

La investigación también ha podido determinar que los vehículos utilizados para cometer los robos eran todoterrenos de alta gama y gran cilindrada, siempre con placas de matrícula ‘dobladas’, en los que viajaban los autores materiales de los robos, así como las herramientas que utilizaban para cometer los delitos.

Unos segundos vehículos, denominados ‘lanzaderas’, eran situados en puntos estratégicos para vigilar el perímetro de la sucursal bancaria elegida, con el objetivo de detectar cualquier incidencia que pudiera hacer abortar sus planes.

Una vez que los detenidos intuían que la fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado pudieran haber detectado cualquiera de las rutinas que seguían, la banda cesaba su actividad durante varias semanas, se deshacía de los vehículos utilizados y regresaba cada uno a su domicilio.

La operación Bis-Bas ha contado con la colaboración de la Guardia Nacional Republicana de Portugal, de la Europol y Eurojust, dado que 7 de los 10 detenidos tienen órdenes europeas de detención dado que en el país vecino llegaron a cometer hasta 12 atracos y en Alemania robaron tres coches de gran cilindrada.