Paz y amor

El Consejo de Ministros, este viernes en la Moncloa
Consejo de Ministros.
Reuters

Aquí estoy, intentado ordenar ideas y sentimientos mientras deshago el nudo de una cadena y sabiendo que todo es nada, que el mundo será menos mundo y se parará cuando juegue España, y al día siguiente, por bueno o por malo. Nos llega el Mundial y da igual que el nuevo Gobierno sea potente y lleno de mujeres y golpes de efecto, porque lo tiene crudo y puede que al final se quede en un buen intento por la igualdad. En una fotografía para la historia: el primer Gobierno con mayoría de mujeres. Y sin aragoneses, de nuevo. Aunque a mí ya me da igual, solo quiero paz y amor y algo que ver en mi tableta.

Es lo mismo que el PP esté a punto del tsunami, es lo que toca porque están en lo más bajo del péndulo. Así es la vida. Y la política, el ejemplo vivo de cómo se escribe un buen guión de ‘Juego de tronos’ o de la serie que quiera, en la que nadie está libre de un lado oscuro y en donde es mejor no encariñarse de ninguno de sus protagonistas porque nunca sabes si se lo van a cargar en el siguiente capítulo.

Nada es nada. Solo vale la cara de palo de David de Gea, que le niega el aplauso al presidente del Gobierno, por sus críticas por el ‘caso Torbe’, cuando Pedro Sánchez dijo que no estaba cómodo ni se sentía representado por el portero, pese a que aún no se había celebrado el juicio y aunque la acusación (agresión sexual y corrupción de menores) se sustentó en lo que fueron pruebas falsas. Dicen que después limaron asperezas. Pero todo en esta vida pasa factura. Aznar lo sabe, y debe ser duro para su jactancia escuchar por boca de tantos de su propio partido que está mejor callado, porque no sabe de qué va la vaina.

También pasa factura todo lo dado por unos votos, como permitir ya en los años 90 que los profesores de Lengua en Cataluña lo fueran de Lengua Extranjera. Así, como suena. Y así dice lo que dice la consejera de Cultura Laura Borràs al señalar que, aunque no está en contra del bilingüismo, el castellano "es una lengua de imposición que se implantó mediante un proceso de colonización". ¡Chúpate esa!