El SMI y el diálogo social

El acuerdo suscrito ayer por el presidente del Gobierno y los representantes de sindicatos y empresarios supondrá la mayor subida del salario mínimo interprofesional (SMI) desde 1983. Pero, sobre todo, pone el foco, una vez avanzada la recuperación económica, en la necesidad de medidas que permitan una mejor distribución de los beneficios del crecimiento y que reduzcan la desigualdad.

La firma en la Moncloa quiso dar ayer cierta solemnidad a un acuerdo importante, que tiene trascendencia tanto en lo económico como en lo político. El papel de la concertación social se desdibujó, lamentablemente, durante los años de la crisis, marcados por una política económica dura, centrada en las medidas de reequilibrio presupuestario. El Gobierno marca ahora una apertura hacia los agentes sociales con un acuerdo que, en tres años y si se cumplen las condiciones señaladas respecto al crecimiento del PIB y del empleo, permitirá que el SMI pase de los 707 euros actuales a 850, una subida total del 20%, si bien seguirá estando por debajo de los estándares europeos. Decenas de miles de personas pueden beneficiarse directamente de esta medida, más de 16.000 en Aragón. Pero, como señalaron los líderes sindicales, el alza del SMI influirá también en las negociaciones salariales en sectores y empresas. De esta forma, una vez avanzada la recuperación económica –aunque pendiente de que se mantenga la estabilidad política y de no pocos factores externos–, se pone el foco en la cuestión salarial y en los mecanismos para conseguir que los beneficios alcancen a todos los sectores de la sociedad. La concertación social puede ser la mejor herramienta en la lucha contra la desigualdad.