Las BRIF no ven todavía gestos de Tragsa para desconvocar la huelga indefinida

La huelga indefinida de las diez bases BRIF en España, entre ellas la de Lubia, en Soria, no tiene visos de solución inmediata. Valga como ejemplo el desenlace de la última reunión entre los trabajadores y la empresa. La representación laboral ni siquiera terminó el encuentro. Sus integrantes se levantaron de la mesa al detectar, según dicen, la nula predisposición de los responsables de Tragsa para analizar sus demandas. Tan significativo episodio aconteció el lunes en Madrid y desde entonces no se han producido nuevos contactos oficiales. Ni siquiera hay planteada actualmente una nueva reunión mientras los trabajadores desean poner fin a las movilizaciones a través de un acuerdo de mínimos que la empresa no acepta.

Los brigadistas se sienten ninguneados por la mercantil pública y olvidados por el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente. Acusan al departamento que dirige Isabel García Tejerina de desentenderse del servicio y en consecuencia de los problemas. Y eso que, recuerdan, el ministerio es el responsable directo de las BRIF, cuya gestión encomienda a Tragsa. "El ministerio, a través de un pliego, impone a la empresa las condiciones. Es decir, que sin negociar ni consultar con nadie establece unos criterios para las BRIF y luego le pasa la patata a Tragsa para que se apañe con la plantilla", lamentan los profesionales de Lubia, quienes indican que en la mesa de negociación "se está hablando" de intenciones como instaurar la disponibilidad de los trabajadores "durante las 24 horas del día y todo el año". Por eso la organización que engloba a los trabajadores de las diez bases, la AT-BRIF, desea conocer al detalle el nuevo pliego que marca el ministerio.

Por otra parte, la AT-BRIF critica a Tragsa y al ministerio por centrarse fundamentalmente en la reivindicación de mejoras salariales. "Hay otras cosas más importantes que eso todavía". Por un lado el reconocimiento de la categoría de bomberos forestales y no menos relevante la aplicación de una segunda actividad para empleados con lesiones derivadas del trabajo o para los de mayor edad. Sin embargo, lamenta, ninguna petición es atendida.

"¿De qué me sirve un aumento salarial si el día de mañana tengo un accidente laboral y me tengo que ir a la calle porque la empresa no me da la posibilidad de llevar a cabo otra actividad que se ajuste a mi situación?", se preguntan.

El gran problema de los brigadistas radica en las dificultades de futuro que se les abren cuando se ven obligados a abandonar la primera línea del fuego por edad, lesión o mero agotamiento. "Una persona no puede estar desempeñando durante 20 años un trabajo tan exigente como éste".

Tejerina aseguró el miércoles que existe margen para que las BRIF puedan llegar a un acuerdo con Tragsa para abandonar la huelga. Dijo que la empresa está "abierta al diálogo" para solucionar el conflicto aunque ya puso por adelantado que un incremento significativo del salario es "inviable". Además, matizó que estas cuestiones no dependen del Gobierno, atribuyéndolas directamente a la capacidad de entendimiento de la mercantil y la representación de la plantilla.

Los trabajadores, pese a que recuerdan que perciben 3,5 euros en concepto de peligrosidad, mantienen que ésta no es su única reivindicación y acusan al ministerio de desviar el conflicto a esta materia de manera intencionada. La segunda actividad y el reconocimiento laboral son cuestiones más allá de lo económico, "que tampoco nuestros interlocutores quieren atender".

Estrechamente vinculado a la categoría, la AT-BRIF insiste en que es primordial la reagrupación de los 35.000 bomberos forestales de España en un único dispositivo. Que se asemejen las condiciones laborales de todos estos trabajadores y se coordinen desde un único vértice y no que cada comunidad desempeñe el suyo. La lucha contra el fuego requiere "un marco estatal verdaderamente profesional".