IRÁN

El régimen iraní descarta anular las elecciones y anuncia la investidura de Ahmadineyad

El líder supremo de Irán accede a ampliar el plazo de quejas a los candidatos presidenciales derrotados

teherán. La máxima autoridad electoral de Irán descartó ayer la anulación de las elecciones presidenciales del 12 de junio y anunció que el presidente Mahmud Ahmadineyad, reelegido en las urnas, y su Gobierno serán investidos entre el 26 de julio y el 19 de agosto. Este anuncio no impidió que Mir Hosein Musavi, que ocupó el segundo lugar en estos comicios, mantuviese su postura y anunciara la publicación de un informe completo sobre los fraudes cometidos durante la votación.

 

Hoy, además, el Consejo de Guardianes tiene previsto anunciar el resultado del recuento aleatorio efectuado en el 10% de las urnas.

Por su parte, el líder supremo de Irán, el ayatolá Alí Jamenei, accedió ayer a la petición del Consejo de Guardianes de ampliar el plazo durante el cual los candidatos presidenciales derrotados en las elecciones del pasado 12 de junio pueden presentar quejas sobre las mismas, según informó hoy la televisión estatal.

 

Los tres candidatos derrotados han denunciado supuestas irregularidades en favor del vencedor, el ultraconservador presidente Mahmud Ahmadineyad, que finalmente será investido presidente, y han solicitado la recepción de las votaciones. Los Guardianes han admitido en parte estas irregularidades, al aceptar el lunes que en al menos 50 ciudades del país se contabilizaron más votos que personas había censadas.

 

Sin embargo, ya ha advertido de que ni el recuento aleatorio ni el hecho de que haya más sufragios variará sustancialmente el resultado electoral y que en ningún momento se ha planteado la repetición de los comicios.

"Si hubiera ocurrido una grave ilegalidad en las elecciones, el Consejo habría anulado los votos en las urnas, colegios, distritos o ciudades afectadas, como ya ha hecho en otras ocasiones en elecciones parlamentarias", dijo el portavoz del Consejo, Ali Abbas Kadkhodaei.  "Pero, afortunadamente, en estas elecciones presidenciales no hemos hallado rastros de fraude masivo. No ha habido violaciones graves. Así que no hay posibilidad de que se anulen los comicios", subrayó.

 

Los resultados electorales han terminado de dividir el país y puesto de manifiesto las graves disidencias que existen en el seno de la cúpula de poder.

Desde que se supo el resultado de los comicios, Irán es escenario de protestas y de enfrentamientos que se han cobrado la vida de al menos una veintena de personas, según cifras oficiales.

 

Por su parte, el subdirector del Centro Electoral Nacional, Ali Asghar Sharifi Rad, anunció que se harán públicos los resultados urna a urna para "despejar las dudas sobre la victoria del actual presidente". "Durante las elecciones previas, las cifras sobre el resultado de cada urna han sido confidenciales, solo accesibles a ciertos responsables", indicó.

 

"En esta ocasión serán publicados para resolver las ambigüedades", agregó Sharifi Rad, a quien cita la agencia local IRNA.

Mientras el proceso legal llega a su término y la oposición busca vías alternativas de protesta, el Gobierno continúa con sus ataques a la comunidad internacional, a algunos de cuyos miembros acusa de promover los disturbios para provocar una "revolución de terciopelo".

Injerencia

Teherán acusó ayer de "injerencia en los asuntos internos" del país al secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, quien el lunes pidió la libertad para aquellos que protestan contra los resultados electorales. "Sus declaraciones están en contra de las atribuciones de la Secretaría General de Naciones Unidas y del derecho internacional, y constituyen una interferencia en los asuntos internos de Irán", dijo el portavoz del ministerio iraní de Asuntos Exteriores, Hasan Qashqavi. "Con su intervención ha perdido credibilidad ante los ojos de los países independientes", agregó.

 

Ban Ki-moon pidió el lunes a las autoridades iraníes que pongan fin a los arrestos y a las medidas de fuerza contra los miembros de la oposición que protestan contra el resultado de las elecciones presidenciales, que consideran fraudulentos.

 

La sugerencia del secretario general de la ONU no tuvo efecto alguno, ya que ayer la Policía iraní detuvo a un nuevo periodista, el corresponsal de 'The Washington Times', Iason Athanasiadis.

 

Por su parte, el presidente de EE. UU., Barack Obama, rechazó las acusaciones de injerencia en la política de Irán e instó a Teherán a gobernar "por consenso y no por la fuerza" y a cesar de acusar a Occidente de provocar las protestas contra los resultados electorales.

Obama también se declaró "escandalizado" por la represión contra los manifestantes en Irán y expresó su condena "enérgica" de las acciones "injustas" contra ellos. "Estados Unidos y la comunidad internacional están consternados y escandalizados por las amenazas, palizas y encarcelamientos de los últimos días", dijo.