Weinstein vuelve a prisión tras destaparse su trato de favor en el hospital: habitación privada, televisión, teléfono...

El polémico productor de Hollywood, que volverá a ser juzgado por abusos sexuales tras anularse la sentencia, llevaba casi dos semanas en un hospital de Manhattan para hacerse pruebas

Weinstein apareció esposado y en silla de ruedas
Weinstein, esposado y en silla de ruedas, en una imagen de archivo
STEVEN HIRSCH / POOL

Harvey Weinstein ha vuelto a su celda de la prisión del condado de Mohawk, en el estado de Nueva York y 160 kilómetros al noroeste de Albany,. Lo ha hecho tras destaparse el trato de favor que se le brindaba en el hospital donde permanecía ingresado desde hace casi dos semanas. Disfrutaba de una habitación privada en el hospital de Bellevue, en Manhattan, donde le servían la comida en bandeja y se pasaba el día viendo la televisión y hablando por teléfono.

Pero su ingreso hospitalario no respondía a la decisión del Tribunal de Apelaciones del estado de Nueva York anular la sentencia de 23 años por la que había sido condenado por abusar sexualmente de dos mujeres, sino a sus quejas de sufrir un dolor en el pecho. Fuentes de la página de noticias The City aseguran que se trata de un caso de "trato especial", porque normalmente ese tipo de problemas de salud se tratan en las clínicas de la propia cárcel.

Al día siguiente de que dichos magistrados ordenasen la repetición de su juicio, por considerar que la declaración de otras mujeres que alegaban haber sufrido sus abusos condicionó al jurado, la bestia negra del movimiento #MeToo fue transferida a la dura prisión de Rikers Island, donde pasó a la custodia del Departamento de Correccionales de la ciudad de Nueva York. Pero solo duró un día en esa infame prisión del Bronx, que el alcalde Bill DeBlasio ordenó cerrar en 2017 -dentro de un plan a diez años vista que debía ir acompañado de otras medidas de apoyo- por las denuncias de muertes, hacinamiento, trato vejatorio y otras violaciones de derechos humanos.

Se la considera el nuevo Alcatraz, una de las peores prisiones del país. Para el otrora todopoderoso productor de Hollywood, al que más de 80 mujeres han acusado de abuso sexual, es solo una parada intermedia entre las aisladas cárceles de seguridad moderada cerca de Canadá en las que ha pasado los últimos cuatro años, y el penal de Los Ángeles, al que será transferido cuando se recupere para cumplir el resto de los 16 años de prisión a los que fue condenado en esa jurisdicción.

¿Estrategia legal o enfermedad real?

Todo indica que sus abogados habían encontrado en el hospital de Manhattan una fórmula para hacer más llevadera esta etapa. "Le están examinando, es un hombre enfermo y necesita mucha ayuda, físicamente", dijo su abogado Arthur Aidala a la prensa cuando se le transfirió al hospital, precisamente al día siguiente de llegar a Rikers Island.

Lo habitual es que los reos sean tratados en la prisión y trasladados a centros hospitalarios externos únicamente para realizar las pruebas médicas necesarias, regresando a continuación al centro penitenciario correspondiente. Sin embargo, en este caso Aidala sostiene que su cliente "tiene muchos problemas de salud".

Las fuentes que citan en The City, tanto en el Departamento de Prisiones como en el hospital, dicen que el productor de 72 años, al que se vio por última vez entrar en un juzgado empujando un andador, cuando no recibe visitas se pasa el día viendo la cadena CNN en su cama o sentado en la butaca. Tiene capacidad para comer y afeitarse por sí mismo, ducharse y levantarse solo de la cama. Ha superado la neumonía con la que fue diagnosticado inicialmente, aunque es su dolor abdominal y unas punzadas en el pecho los que generaron la batería de pruebas realizadas en estas dos semanas.

Con todo, hay cuatro oficiales del Departamento de Emergencias de Correccionales que vigilan su puerta. Las mujeres de medio mundo ya están suficientemente indignadas como para tener que enfrentar la posibilidad de que escape. "¿De verdad necesita cuatro agentes especiales?, cuestionó el excomisionado de prisiones, Martin Horn, en respuesta a las acusaciones de TheCity, quien no aprecia en él un riesgo de fuga especial. "Dos (agentes) normales podrían vigilarle", defendió.

Comentarios
Debes estar registrado para poder visualizar los comentarios Regístrate gratis Iniciar sesión