El Gobierno iraní moviliza de nuevo marchas en todo el país contra las protestas

Los manifestantes mostraron ejemplares del Corán, banderas iraníes y fotos de líder supremo, Ali Jameneí.

A demonstrator cuts his hair during a protest following the death of Mahsa Amini in Iran, in Nicosia,
A demonstrator cuts his hair during a protest following the death of Mahsa Amini in Iran, in Nicosia,
YIANNIS KOURTOGLOU

El Gobierno iraní movilizó este domingo a miles de ciudadanos a lo largo del país en marchas contra las protestas por la muerte de Mahsa Amini tras ser detenida por no llevar bien puesto el velo islámico.

Los manifestantes mostraron ejemplares del Corán, banderas iraníes y fotos de líder supremo, Ali Jameneí, en Teherán, donde marcharon al grito de 'Muerte al alborotador' y 'Muerte al sedicioso'. No faltaron los habituales 'Muerte a América' y 'Muerte a Israel', a quien se señala de estar tras las protestas.

Además, mostraron su apoyo a las fuerzas del orden con lemas como 'Policía, te apoyamos' y al líder con 'Mientras corra sangre por nuestras venas, Jameneí es nuestro líder'.

Las marchas se repitieron en las principales ciudades del país, como Shiraz, Isfahán, Hamedán, Bandar Abas, Qom, Rasht, Ghazvin, e incluso en Sanandaj, capital del Kurdistán iraní, de donde era Amini. Se trata de la segunda jornada de marchas pro gubernamentales desde que comenzaron las protestas por Amini el pasado viernes 16 de septiembre.

"Dios ha ordenado que las mujeres deben llevar hijab", dijo en las marchas del viernes pasado el clérigo Esmaíl Pahlevan, quien afirmó que los manifestantes "están atacando los chador (una prenda negra que cubre todo el cuerpo) de nuestras mujeres”.

Amini fue detenida el martes de la pasada semana por la llamada Policía de la moral en Teherán, donde se encontraba de visita, y fue trasladada a una comisaría para asistir a "una hora de reeducación" por llevar mal el velo.

Murió el viernes 16 en un hospital adonde llegó en coma tras sufrir un ataque al corazón, que las autoridades han atribuido a problemas de salud, algo rechazado por la familia. Las protestas que comenzaron tras su muerte siguen a día de hoy a lo largo del país y con fuertes choques con las fuerzas de seguridad.

La televisión estatal IRIB sitúa el número de muertos en 41, mientras las autoridades no informan ni de los fallecidos ni los heridos. Entre las medias para atajar las protestas se encuentran la cancelación de las clases presenciales en las universidades, la detención de periodistas y las restricciones de internet.

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