Una pizza y unas patatas fritas en uno de los lugares más típicos de Bruselas han servido al presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, para sobrellevar la larga jornada de la cumbre europea en la que finalmente se ha llegado a un acuerdo entre la UE y el Reino Unido.

Desde este jueves, los jefes de Estado y de Gobierno de la UE se han reunido en la capital belga con ese objetivo en unas maratonianas negociaciones que se prolongaron durante hasta última hora de este viernes.

Además del plenario de los líderes europeos, en el transcurso de las negociaciones ha habido reuniones bilaterales del primer ministro británico, David Cameron, en las que no han participado la mayoría de sus colegas europeos.

Esa circunstancia ha hecho que gran parte de los jefes de Estado y de Gobierno hayan abandonado durante un par de horas la sede del Consejo Europeo.

Un tiempo que el presidente del Gobierno español ha aprovechado para dar un paseo por varias calles de la ciudad.

Ha sido entonces cuando se ha acercado a la plaza Jourdan, cercana a la sede del Consejo Europeo y en la que se encuentra un típico y popular quiosco de venta de patatas fritas para consumir este producto.

Un establecimiento en el que también ha recalado la canciller alemana, Angela Merkel, aunque no ha coincidido allí con el presidente del Gobierno español.

A su regreso a la sede del Consejo Europeo y mientras se ultimaban las negociaciones, Rajoy y parte de la delegación española que le ha acompañado han pedido unas pizzas que han consumido antes de la recta final de la cumbre.

El propio Rajoy ha publicado en su cuenta de Twitter una foto en la que se le ve junto a sus colaboradores y varias pizzas de las que han dado cuenta.

"Pizza en una larga jornada que se salda con acuerdo para la permanencia del Reino Unido en la UE", ha sido el comentario con el que Rajoy ha acompañado esa foto.