MATRIMONIOS en Huesca

La policía vigilará que en las bodas no haya tracas ni se arroje arroz

Se pretende velar por la seguridad y evitar daños en el patrimonio. La norma municipal prohíbe lanzar petardos y cohetes.

El lanzamiento de serpentinas y tracas es frecuente en las bodas.
La Policía Local vigilará para que en las bodas no se prendan tracas ni se arroje arroz

Desde inocentes pétalos de flores a estrepitosas tracas pirotécnicas, pasando por el tradicional arroz o las multicolores serpentinas, las formas con que amigos y familiares felicitan a los novios al salir de la iglesia o del ayuntamiento donde se han dado el 'sí quiero', pueden suponer un problema para otras personas, el patrimonio o las infraestructuras urbanas. La alcaldesa de Huesca, Ana Alós, se ha hecho eco del asunto y ha dado instrucciones a la Policía Local para que vigile que no se disparen tracas y se evite lanzar elementos que puedan ser dañinos.


«Las tracas están prohibidas. De momento, la policía se acercará a al salida de las bodas para recordarlo y más adelante estudiaremos qué otras medidas ponemos en marcha», dijo Alós.


Dos ordenanzas municipales contemplan dicha prohibición. La Ordenanza de Convivencia califica como infracción grave «la activación de toda clase de artilugios pirotécnicos que puedan producir ruidos o riesgo de incendio, sin autorización municipal» y estipula multas que oscilan entre los 700 y los 1.500 euros. Sin embargo, esta norma todavía no se aplica ya que está a expensas de completar su tramitación. En plena vigencia está la Ordenanza de Zonas Verdes en la que también se prohíbe «hacer pruebas o ejercicios de tiro o encender petardos o fuegos artificiales en las áreas verdes», lo que se considera «infracción muy grave» sancionable con multa de 1.500 euros.


Los elementos pirotécnicos, sobe todo si no se utilizan con la debida prudencia, pueden resultar peligrosos y según dónde y cómo se coloquen ocasionar daños en edificios de gran valor patrimonial. José María Nasarre, delegado de Patrimonio de la Diócesis de Huesca comentó que hace unos años incluso llegaban a colocar las tracas en las imágenes de los apóstoles (s. XIV) del pórtico de la catedral, causando importantes desperfectos. El protocolo de conservación del monumento establecido por la dirección de Patrimonio y el Ministerio de Cultura, tras la restauración de la fachada hace unos 6 años, les ha permitido tener una herramienta para prohibir la colocación de cualquier elemento.


Sin embargo, Gonzalo Hernández, de Pirotecnia Oscense, comentó que las tracas de 10 metros, que se suelen vender para las bodas no tienen por qué hacer daños si siguen las instrucciones.


Aún así el arroz, y sobre todo las serpentinas y confeti que se lanzan a los recién casados causaban cortocircuitos en el sofisticado sistema electrónico instalado en la portada de la catedral para evitar que se posen las aves. «La solución para salvaguardar la fachada ha sido impedir que los novios salgan por la puerta principal. Cuando vienen a concertar el enlace se les advierte que la salida será por la puerta lateral», dijo Nasarre.


Atascos en las tuberías


En mayor o menor medida el problema se repite en la mayoría de las iglesias y afecta también a la sede municipal, en concreto al Colegio de Santiago, un edificio de 1610 anexo al ayuntamiento, y en cuyo patio se celebran la mayor parte de las bodas civiles de la ciudad. Además, la alcaldesa comentó que se han recibido cartas de vecinos de este entorno quejándose de atascos en las tuberías ocasionados por la acumulación de serpentinas, arroz y otros materiales que se arrojan en las bodas. «Vamos a intentar que estas prácticas dejen de hacerse», dijo Ana Alós, porque además pueden ser causa de caídas, sobre todo de personas mayores. De hecho alguna vez ya ha sucedido, según comentó Cristina Betrán, presidenta de la Asociación de Vecinos de San Lorenzo.


También está el problema de la limpieza. Hay que hacerla inmediatamente después de la boda precisamente para evitar esos riesgos, que aumentan si además llueve. «Y no es fácil en muchos sitios por el tipo de suelo y por las cantidad que tiran. Hemos llegado a recoger hasta 7 kilos de arroz, pero también garbanzos... de todo», dijo Nasarre. En algunos templos esa labor la hacen voluntarios, pero en otros se pide a los novios una aportación que ronda los 15 euros para pagar el servicio.