Buen hacer en los tres menús del restaurante Víctor

Un buen ejemplo de cómo incorporar productos de calidad a un menú diario con precio muy ajustado.

Víctor Soria, Mercedes Pintado y Luis Miguel Sanz
Buen hacer en los tres menús del restaurante Víctor
Agencia Almozara

Hay hosteleros que desde la sencillez, la humildad, la profesionalidad y sin apenas hacer ruido hacen grande esta profesión. Víctor Soria es uno de ellos. 46 años de trabajo le contemplan y los 19 últimos al frente del restaurante que lleva su nombre en el Actur. Víctor ha conocido tiempos muy buenos y otros, como los actuales, no tanto, pero a todos ha sabido adaptar su negocio y eso es algo que se refleja en el día a día. Y es que rara es la jornada que sus alrededor de 50 plazas no se llenan.


El menú del día es un buen ejemplo de cómo por 10 euros (con bebida y café incluidos) se puede dar de comer muy bien. Arroz con borrajas, mejillones y gambas; garbanzos con gambas al ajillo; canelones de carne gratinados; verduras asadas con atún y tapenade son algunos de los platos que pueden aparecer a diario y que, además, cambian todos los días.


Pero tal vez es a la hora de elegir carnes y pescados donde más sorprende este restaurante. Llaman la atención los lomos de merluza y de bacalao que salen a la mesa, la posibilidad de elegir una hamburguesa de buey black angus, unos medallones de solomillo ibérico o un civet de ciervo confitado al vino tinto. Buenos productos detrás de los que hay un trabajo de años con los mismos proveedores y que, en general, necesitan de poca transformación en la cocina.


En este mismo precio también encaja el cocido completo que se sirve los miércoles con los tres vuelcos perfectamente surtidos. En el caso de la carne, con la presencia de ternasco, pollo y zancarrón o morcillo. Por 10 euros es un lujo de cocido, con la posibilidad de rematarlo con un postre casero (flan, natillas, pudin, panacota, cuajada…).


No tiene muchos más secretos la fórmula de este restaurante. Si acaso, una organización modélica que desemboca en una gran fluidez del servicio. Platos que van saliendo con el tiempo justo de espera. Y nada más sentarse el comensal, para hacer más llevaderos esos primeros minutos, enseguida aparecen a la mesa una olivas o unas croquetas caseras. Una atención y una profesionalidad que tienen su reflejo en el ambiente de la sala. Se nota que hay clientes que repiten a menudo, sabedores de que de un día a otro van a comer muy diferente pero igual de bien.


El viernes y el sábado por la noche el menú (20 euros) se transforma en mucho más festivo. Si se trata de un grupo, se pueden elegir los primeros y segundos individualmente u optar por los entrantes como centro de mesa (tostada de brandada de bacalao, curados ibéricos, verduras asadas…). En cuanto a las carnes, son habituales el solomillo de ternera y el asado de ternasco, mientras que en los pescados, Víctor se las ingenia para incluir de vez en cuando rodaballo salvaje o un buen tronco de merluza con gulas y almejas.


Por último, el sábado a mediodía el menú cuesta 15 euros y en él pueden encajar recetas como pochas a la asturiana, revueltos de espárrago y salmón, paletilla de ternasco de Aragón o dorada a la espalda con Orio de ajetes y gambas. En definitiva, tres menús muy conseguidos que se completan con una carta cuyo precio medio difícilmente supera los 25 euros.

Restaurante Víctor

Gómez de Avellaneda, 23-25. Zaragoza. Teléfono: 976 733 966 Horario: de lunes a jueves, de 7.30 a 21.00. Viernes y sábados, de 7.30 a 0.00. Domingos, cerrado.

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