MACROECONOMÍA

Así puede la inflación hacer quebrar un país

Argentina decide este domingo su nuevo presidente tras décadas de crisis por un excesivo déficit público que ha llevado a que los precios suban un 140%.

Cajero automático.
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Los argentinos que tuvieran mil pesos en el banco hace un año, ahora tienen el equivalente a quinientos, la mitad, debido a la desbocada inflación que lastra el país y que ha batido todos los récord. La tasa de IPC traspasó la frontera del 100% el pasado mes de febrero y ha seguido imparable hasta alcanzar el 138% en septiembre, según los últimos datos dados a conocer por el Indec, la oficina de estadística del país.

Argentina es el ejemplo perfecto para explicar cómo un exceso de déficit público e inflación hace quebrar una nación que encadena una crisis económica tras otra. Este domingo, el país latinoamericano se enfrenta a la segunda vuelta de las elecciones que decidirán el futuro de sus ciudadanos, muy cansados de que ningún Gobierno haya sabido solucionar sus problemas económicos pese a ser un país "con mucho potencial", indica Santiago Carbó, catedrático de Análisis Económico de la Universidad de Valencia y director de Estudios Financieros de Funcas.

El país se encuentra en un escenario económico incierto, con una crisis económica perpetua que se ha agravado en los últimos años como consecuencia de la covid, la guerra de Ucrania y las sequías que han supuesto pérdidas muy elevadas para la exportación agrícola, una de las patas económicas de Argentina.

El Fondo Monetario Internacional (FMI) prevé que la economía argentina se retraiga un 2,5% este año, unos números rojos que solo comparte con Alemania y Suecia a nivel global, aunque la contracción de éstos es inferior al 1%. "Es un país que lleva décadas con problemas muy graves que se agudizaron después del 'corralito' en 2001 y donde los sucesivos gobiernos han sido incapaces de atajar parte de los problemas, es difícil resolver todos, pero ni siquiera han arreglado una parte", explica Carbó. Por ello, la economía acapara el foco de las elecciones en las que se enfrenta el actual ministro de Economía del país, Sergio Massa, y el liberal Javier Milei, que busca un giro de 180 grados que incluye privatizar empresas y reducir el papel del Estado.

El problema central es el déficit público. "Hacen falta medidas importantes para que la gente vuelva a creer en su país y en su moneda", señala el catedrático, ya que una de las claves del excesivo déficit es la espiral inflacionista que lleva a tener "una divisa no creíble" y a que sea necesario imprimir más dinero, lo que a su vez genera más déficit y más inflación. "Se está incurriendo en gasto público para comprar votos a través de subsidios para gente que no quiere trabajar, habría que invertir en la creación de empresas, en infraestructuras modernas, en educación, en I+D...", apunta Emilio González, profesor de Economía Internacional de Comillas Icade.

"La divisa argentina no es creíble, los argentinos ahorran en dólares", señala el profesor de Icade, que considera que la clave es que Argentina vuelva a financiarse en los mercados internacionales "para que vuelva a tener credibilidad". Por ello, la denominada 'dolarización' se ve con buenos ojos por muchos argentinos, como ya ocurrió en la etapa de hiperinflación hace 30 años. El profesor explica que esta fase se resolvió quitando las competencias al banco central de emitir moneda y la oferta monetaria pasó a ser de un peso por un dólar. "El problema fue que con el paso del tiempo no se adaptó el tipo de cambio a la realidad argentina y se generó una gran crisis económica".

"Difícil" que ocurra en España

¿España podría llegar a este nivel de inflación? Los expertos lo niegan, ya que España depende del Banco Central Europeo (BCE), que controla la oferta monetaria y el gasto de los países, que no pueden endeudarse sin límite. Además, el organismo monetario tiene muchas presiones -sobre todo de países como Alemania- para ser cada vez más estricto con España.

Santiago Carbó explica que no es una situación comparable porque nuestro país está controlado primero por el Banco de España, un organismo independiente -no como el banco central argentino- y después por el BCE, que en sus más de veinte años de historia nunca ha vivido una situación así. "El BCE es un banco central con credibilidad, que aunque ahora esté teniendo que tomar acciones complicadas para luchar contra la inflación, no tiene nada que ver con la política monetaria del banco central de Argentina", explica. Por tanto, España está "muy alejada" de esta hiperinflación que vive Argentina. "No veo posible que una situación así ocurriera en prácticamente ningún sitio del mundo occidental", concluye el experto de Funcas.

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