economía

Adiós al viejo fluorescente de la cocina o la oficina tras su prohibición por los daños para la salud

Solo se pueden vender modelos LED o los antiguos que queden en los almacenes y tiendas, pero no se fabrican más, tras la entrada en vigor de la directiva europea que alerta de sus perjuicios.

Daniel Pastor muestra tubos fluorescentes en la tienda de Arteluz en la avenida San José de Zaragoza.
Daniel Pastor muestra tubos fluorescentes en la tienda de Arteluz en la avenida San José de Zaragoza.
H. A.

Trabajar a la luz de los antiguos fluorescentes ya tiene los días contados, exactamente, los que dure el que se tenga actualmente o si se consigue uno de los últimos fabricados. Ya ha entrado en vigor la directiva que prohibe la producción de tubos en la Unión Europea, salvo los que utilizan tecnología LED.

En los últimos años han sido muchos los hogares que han ido renovando sus luminarias a modelos LED, sobre todo, con la subida de la factura de la luz, por resultar más eficientes y modernos. Sin embargo, todavía quedan fluorescentes encargados de iluminar estancias como cocinas o negocios de los modelos antiguos fabricados con mercurio. Este es el componente que lleva a que se aplique a este tipo de luminarias la directiva 2011/65/UE sobre restricciones a la utilización de determinadas sustancias peligrosas en aparatos eléctricos y electrónicos.

El componente que daña la salud en los tubos fluorescentes

Esta norma prohíbe la fabricación de los modelos antiguos, en concreto los T5 y T8, desde el pasado 25 de agosto, según ha recordado la Asociación de Entidades del Sistema de la Seguridad Industrial de Aragón (Aessia). Esta organización está formada por organizaciones de ingenieros, electricistas, fontaneros, empresas de ascensores y organismos de control, para fomentar la calidad y seguridad en hogares, locales e industrias y trabajan en colaboración con la Administración aragonesa.

Desde Aessia explican que el problema de los viejos tubos de fluorescente, anteriores a los LED, es que "producen luz utilizando vapor de mercurio de baja presión"

Fluorescente fabricado con vapor de mercurio que se retira del mercado y uno LED que lo sustituye.
Fluorescente fabricado con vapor de mercurio que se retira del mercado y uno LED que lo sustituye.
H. A.

"El vapor de mercurio está dentro del tubo, por eso cuando se rompe, el polvo que queda en el fluorescente es lo que es contaminante y puede dañar la salud", explica Carlos Lozano, técnico de Aessia. De ahí que recuerde que se encuentra entre los aparatos que deben tener un reciclaje especial. Así, este tipo de iluminación emite una serie de gases fluorescentes al iluminar o al romperse, "que tiene un impacto muy negativo en la atmósfera", señala Aessia.

La UE se ha marcado el objetivo de reducir los gases invernadero en un 55% hasta 2030. En todo el mundo, la cantidad de este componente utilizado en luminarias supone el 10% del consumo, según los datos recogidos por la citada organización.

La asociación advierte que el mercurio resulta "muy perjudicial para la salud, tanto en su uso como en los residuos que genera" y tanto por su exposición directa como por la contaminación medioambiental, sobre todo, en ecosistemas acuáticos. Desde hace décadas se viene reduciendo el uso de este elemento químico en cualquier aplicación industrial, por su toxicidad.

A ello se une el ahorro energético que supone el paso a las luminarias LED. Desde Aessia apuntan que su promedio de uso es de 50.000 horas, mientras el de un tubo tradicional se reduce a 10.000.

Los últimos clientes

A los comercios siguen llegando algunos clientes en busca de los últimos tubos fluorescentes tradicionales. "Cada día se venden menos, como el halógeno, pero hay algún cliente que ha comprado más para tener recambio", afirma Juan José Pastor, fundador de Arteluz, enseña aragonesa con cuatro establecimientos en la capital aragonesa. El precio de los tubos ronda los 2 euros uno de mercurio y los 5, si es de LED. 

"La gente ya sabe que llevan mucho tiempo en el mercado y que se van a retirar o les comentas que van a dejar de fabricarlos", cuenta su hijo Daniel, segunda generación junto a su hermando David, desde la tienda de la avenida de San José, que tiene todavía en stock estos productos. "Sabíamos que en agosto se agotaban y pedimos al almacén para tener por si venía algún cliente", señalan. 

Fluorescentes LED con su adaptador o 'cebador' para aparatos viejos.
Fluorescentes LED con su adaptador o 'cebador' para aparatos viejos.
H. A.

Junto a ellos venden unos pequeños "cebadores" que permiten adaptar los tubos LED a los aparatos viejos, la alternativa a quien no quiera cambiar todo el aparato. 

"Que no se tire a la basura, que se lleve al punto limpio o a la misma tienda donde se compra si los recogen", recalca Lozano sobre los fluorescentes. Además, recuerda que si la instalación de la nueva lámpara la hace un profesional autorizado él mismo puede llevarse el fluorescente para su correcto reciclaje. 

A la izquierda halógenos antiguos y los LED que los sustituyen.
A la izquierda halógeno antiguo y el LED que lo sustituye.
H. A.

Lozano recuerda que los fluorescentes llevan el mismo camino que las lámparas halógenas, afectadas también por la misma normativa. "Han empezado por las más ineficientes", señala. Los halógenos han llenado pasillos y salones, pero su elevado consumo ha terminado por relegarlos. El cambio de un halógeno por una bombilla LED supone un ahorro de hasta el 80%, recuerdan los expertos. "Todo lo que se vende ahora es ilumnación LED", aseguran desde Arteluz.

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