Heraldo del Campo

Tecnología que (poco a poco) va calando

Productores, científicos y empresas desarrolladoras de tecnología se han dado cita en Monzón en una nueva edición de la Sembradora de Ideas para analizar el momento actual y el futuro de la digitalización en el riego

El regadío va adoptando las nuevas tecnologías para su digitalización está siendo más lenta que en el conjunto del sector.
El regadío va adoptando las nuevas tecnologías para su digitalización está siendo más lenta que en el conjunto del sector.
R.A.C.

Una severa sequía que ha reducido a la mínima expresión la reservas hídricas disponibles. Unos disparados precios energéticos que hacen impagable el coste de la factura eléctrica. Las demandas sociales y las normativas europeas que exigen cada vez con mayor ímpetu el desarrollo de la actividad compatible con el respeto y el cuidado medioambiental. La necesidad de alimentar a una población creciente de manera rentable pero con menos recursos -especialmente hídricos- y con menos suelo. Son muchas y muy variadas las razones que ahora, más que nunca, exigen precisión en el regadío y la utilización práctica de las muchas tecnologías con las que aplicar el agua de manera mucho más eficiente, reducir costes y conseguir incluso mejoras productivas.

No es que hasta ahora el uso de las nuevas tecnologías fuera un misterio para los regantes, pero es cierto que si bien la digitalización es ya un presente en la fertilización y aplicación de fitosanitarios, en la recolección e incluso la transformación de los cultivos y los productos agroalimentarios, sigue siendo todavía un futuro en lo que a riego se refiere. Así lo señalaron los productores, científicos y empresarios especializados en estas tecnologías durante una jornada celebrada al calor de la segunda edición de la Sembradora de Ideas, una iniciativa impulsada por el Ayuntamiento de Monzón (Huesca) que tiene como objetivo servir de foro de análisis del sector primario, divulgar y transferir el conocimiento sobre el ‘big data’, el emprendimiento, la agricultura 4.0 o la conectividad aplicada a la agricultura y la ganadería.

Su segunda edición reunió a investigadores, regantes y empresas punteras en el desarrollo de estas tecnologías que abordaron "un asunto vital para toda la cadena alimentaria", señalan sus organizadores, esto es, la gestión del agua como un recurso necesario y finito. Para ello el encuentro celebrado en esta localidad de la comarca del Cinca Medio, cuyo territorio bebe de las aguas de dos de los principales sistemas de la margen izquierda del Ebro: Canal de Aragón y Cataluña y Riegos del Alto Aragón, abordó las diferentes líneas de investigación y los modelos de gestión en el regadío que se están aplicando en estos momentos, con la digitalización del sector primario como telón de fondo.

De los beneficios de esta tecnología sabe bien Ramón Acín, uno de los impulsores de esta iniciativa. Agricultor de cereal es uno de los referentes en el uso de los sistemas más avanzados en los cultivos. Desde hace tres campañas utiliza en su explotación Finca Bizcarra, mapas de suelo, sensóricas e imágenes de satélite para realizar con precisión el riego de sus parcelas. "Año tras año vamos bajando las necesidades hídricas de nuestros cultivos y no porque el cultivo tenga cada vez menos necesidad de agua sino porque optimizamos el riego. Producimos más materia seca con menos necesidad de agua", explica Acín.

Reconocidos científicos del CSIC y del CITA, responsables de los grandes sistemas de riego y directivos de empresas de vanguardia que diseñan, desarrollan e implantan en las tierras agrícolas las más avanzadas tecnologías se dieron cita en esta jornada en la que se dejó claro que aunque se han dado algunos pasos queda camino por recorrer porque el riego todavía está en el furgón de cola de la digitalización del sector primario a pesar de sus innegables ventajas en la mejora de la producción y en el ahorro de costes.

Recuerda Enrique Playán que a finales de los 80 y comienzos de los 90 "era muy raro" que los agricultores supieran cuánta agua estaban usando en sus cultivos y, sin embargo, ahora lo controlan con mucha precisión. "Se ha avanzado muchísimo en el conocimiento del uso del agua", reconoció este investigador del CSIC que lidera el grupo de Riego, Agronomía y Medio Ambiente de la Estación Experimental de Aula Dei.

A pesar de ello, durante su participación en la jornada ‘Gota a gota. Inteligencia y precisión en el regadío’ organizada por la Sembradora de Ideas en Monzón, el científico y agricultor, gran conocedor y referente de la gestión hídrica del regadío, puntualizó que queda todavía mucho camino por recorrer para que el uso del riego inteligente sea generalizado. "El reto todavía por alcanzar es asegurarnos de conseguir mayor renta con menos agua", advirtió Playán, que señaló que hay que generar valor para que la ciudadanía aprecie que se está utilizando el agua en beneficio de la sociedad.

Para este investigador, la tecnología tiene una "tremenda" capacidad para reducir costes y "eso en la agricultura es muy interesante porque, en muchos aspectos, se trabaja con precios de los años 80", aseguró, aunque insistió en que no se debe ser "esclavo" de la tecnología. "El agricultor siempre va a ser más importante", añadió, para insistir en que la agricultura de precisión está llamada a resolver retos como la mejora de la producción, el ahorro de costes, la reducción del impacto ambiental y la adaptación al cambio climático.

Son varios los proyectos que el grupo de investigación que lidera Playán ha realizado a lo largo de los años, aunque como reconoce el experto su aplicación no ha tenido el éxito esperado. Uno de esas iniciativas, explicó, es el riego por aspersión de baja presión. Una reducción que no solo no afecta al rendimiento de los cultivos sino que además puede evitar la construcción de una estación de bombeo "que actualmente tiene unos costes tremendos".

La utilización de la tecnología aplicada al riego es ya una realidad en explotaciones aragonesas.
La utilización de la tecnología aplicada al riego es ya una realidad en explotaciones aragonesas.
K.I.

Aseguró que es mucha la tecnología que el regante tiene a la alcance de la mano para mejorar la rentabilidad de su explotación y reducir los costes, calificó los pivots como "posiblemente el mejor sistema de riego" aunque reconoció que, si bien, se utilizan en algunas zonas del valle del Ebro, "su uso es todavía muy minoritario" y mostró sus dudas sobre los "controvertidos" sensores de humedad de suelo. "Creo que para las comunidades de regantes aportan poco y además necesitan mucho conocimiento técnico e interpretación", advirtió.

Cuándo y cuánto

Si es importante regar solo con el agua necesaria, no lo es menos saber cuándo es mejor hacerlo -si de día o de noche- o con qué frecuencia -todos los días o solo cada dos o tres-. En estos dos parámetros ha investigado el también científico de la Estación Experimental de Aula Dei del CSIC, José Cavero, que detalló en la jornada de la Sembradora de Ideas los resultados de un trabajo que analiza cómo manejar los riegos por aspersión para tener mayor producción y conseguir más grano por cada unidad de agua que la planta ha evapotranspirado. "Para ello hay que decidir cuándo se riega y con qué frecuencia", explicó Cavero, que matizó que, dado que la aplicación del agua está muy influida por la velocidad del viento, la pérdida de recurso es mayor por el día. La investigación demostró además que, por ejemplo, en el caso del maíz la aspersión crea una especie de lámina que dificulta la fotosíntesis, lo que no sucede en la alfalfa cuyas hojas repelen el agua. A ello se suma que cuando se riega de día el líquido elemento se queda sobre las plantas y se evapora con rapidez lo que provoca una mayor concentración de sales.

Es cierto que si el riego se hace con frecuencia, detalló el científico, la humedad del suelo estará más estable, pero cuanto más mojamos la planta más se multiplica el efecto de entrada de las sales. Dicho en datos prácticos. Cavero explicó que los ensayos realizados en cultivos de maíz demostraron que con el riego de día se producía menos que con el de noche. Que cada vez que se riega utilizando la misma agua se obtiene menos producción y que regando de día la concentración de sodio en las hojas del maíz se multiplica por dos o por tres, lo que influye en el descenso de producción. "Siempre se produce más regando de noche y da igual las veces que se haga", matizó, aunque advirtió que está demostrado que la alta frecuencia de riego durante el día produce una "reducción significativa" en la producción de maíz. "El consejo es regar de noche, da igual la frecuencia y si se hace en horario diurno, mejor cada tres o cuatro tres o cuatro días", recomendó.

Esta investigación se replicó también en alfalfa y lo que se comprobó es que dado que sus hojas son "no mojables", no hay diferencia en la producción si el riego se realiza de día o de noche y tampoco la hay si la frecuencia del riego es mayor o menor.

Una "revolución" en 2003

De la importancia de los datos y su manejo habló la investigadora del CITA Raquel Salvador, que recordó que los regantes disponen de una herramienta con la que afinar las necesidades de riego y aumentar su eficiencia en la parcelas consiguiendo así un ahorro tanto en agua como en energía. Se trata de la red de estaciones agrometeorológicas SIAR, que comenzaron a instalarse en las zonas regables de Aragón en 2003 a la estela de las grandes modernizaciones de regadíos de finales del siglo XX, que proporcionan información diaria (incluso horaria de los tres últimos días) de temperatura, velocidad de viento, humedad y, lo más importante, evapotranspiración de referencia y pluviometría. "Fue toda una revolución que puso al alcance de los agricultores y a golpe de clic una información de gran calidad y vital para la mejora de la aplicación del agua de riego que antes solo estaba disponible para los científicos y centros meteorológicos", explicó Raquel Salvador.

Organizadores y ponentes de la jornada celebrada en Monzón en el marco de la segunda edición de la Sembradora de Ideas.
Organizadores y ponentes de la jornada celebrada en Monzón en el marco de la segunda edición de la Sembradora de Ideas.
Sembradora de Ideas

El proyecto ADOR también tuvo protagonismo en la jornada montisonense. Lo explicó Adela Hernández, jefa de ingeniería de Riegos del Alto Aragón, que comprende 49 comunidades de regantes, con una superficie de regadío superior a las 135.000 hectáreas y que utiliza anualmente 50 millones de kilowatios-hora de energía eléctrica en 42 estaciones de bombeo de agua.

Hernández detalló que consciente de la importancia que el coste energético tiene en la viabilidad económica de las explotaciones agrarias, la comunidad general de riegos apostó por esta iniciativa que tiene como objetivo el ahorro de costes energéticos mediante la implantación de un sistema de monitorización en tiempo real de los contadores eléctricos de todas las estaciones de bombeo de la comunidades de base pertenecientes al Riegos del Alto Aragón.

El encuentro sirvió además para conocer las iniciativas de punteras empresas que ponen a disposición de los agricultores las más modernas tecnologías. Así lo hizo el directivo de Koan Irrigation, una firma con sede en Belver de Cinca (Huesca) dedicada al diseño y construcción de instalaciones de riego a pequeña y gran escala que en los últimos años ha evolucionado hacia la fabricación de programas inteligentes de riego dedicados a la gestión, el control y la supervisión de riego y fertilización en tiempo real.

De ellas habló también Miguel Córdoba, consejero delegado de Greenfield Technologies by Agrodrone, una compañía extremeña orientada a la prestación de soluciones vinculadas a la agricultura de precisión: caracterización de suelos, monitorización de cultivos, predicción de producción o fertilización variable. Córdoba recordó que con estas herramientas se ahorran costes, no solo de agua "sino también en algo que ahora se ve como lejano pero va a terminar tocándonos el bolsillo como es el impacto medioambiental". Y se mostró contundente al afirmar que "la inteligencia artificial no sirve absolutamente para nada sin un conocimiento agronómico".

La terna empresarial la completó Gabriel Sevillano, gerente del Área Nordeste de Agbar Agriculture, compañía especializada en el diseño y construcción de sistemas de riego inteligente y fertirrigación eficiente que permiten optimizar el consumo de agua, energía y fertilizantes y mejoran el rendimiento de la cosecha. Sevillano reconoció que implantar esta tecnología no es "barato ni sencillo", pero advirtió que no hay otra opción que aplicarla.

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