REAL ZARAGOZA

Lafita: «Este partido es el primero en mucho tiempo en el que he gozado»

Héroe del vital triunfo en el Bernabéu, el aragonés renace como jugador tras dos años de calvario.

Lafita celebra su primer gol en el Bernabeu
Lafita: «Este partido es el primero en mucho tiempo en el que he gozado como futbolista»
EFE

Ángel Lafita, con dos goles y un penalti provocado que fue el tercer tanto del equipo, entró el sábado con letras de oro en la historia del Real Zaragoza en los partidos épicos. El 2-3 del Bernabéu, que puede quedar para los anales como el partido clave de la salvación de categoría en un año terrible, llevará siempre su apellido. Del mismo modo que figura el de Milosevic en cabeza del reparto de aquel 1-5 de diciembre de 1999. Lafita, tras casi dos años de vía crucis personal por culpa de una maldita lesión y por los conflictos judiciales entre el Deportivo de La Coruña y el Real Zaragoza a cuenta de su polémica repesca en agosto de 2009 por parte de Agapitio Iglesias, emergió como gran futbolista en una tarde de ensueño.


Su actuación en el Bernabéu sugiere que habrá un antes y un después en su rendimiento como jugador del Real Zaragoza.

Personalmente, necesitaba muchísimo un partido así. No puedo ocultarlo. Llevo infinidad de meses sufriendo con mi lesión en el tendón rotuliano y sin poder rendir ni al 50 por ciento de lo que puedo. Por eso, después de padecer tiempo y tiempo y decidir parar para tratarme intensivamente durante casi dos meses, lograr cuajar un partido así es una bendición.


Mucha gente ha llegado a pensar que usted estaba a punto de descarrilar como futbolista. Que aquellos buenos años en La Coruña no iban a tener continuidad en Zaragoza.

Llevo dos años fuera de la normalidad como futbolista. Y lo más lamentable es que todo ha sido por cosas extradeportivas. Eso es lo que más me duele, porque nunca ha estado en mis manos poder hacer nada para corregirlo o solucionarlo.


Además, en un entorno tan complicado como el que envuelve al Real Zaragoza como club desde que usted llegó, su situación personal y privada aún ha sido más dura de sobrellevar.

Me he sentido impotente y lo he pasado fatal infinidad de días. Han sido cosas muy graves que me afectaban directamente a mí pero sobre las que yo no tenía posibilidad alguna de arreglo. Una sensación terrible. Pero ahora, parece que todo empieza a pasar. Eso es lo que quiero, lo único que me importa. Poder disfrutar del fútbol con mi gente, con mi equipo. Este partido de Madrid es el primero en mucho tiempo en el que tengo la sensación de gozar como futbolista.


Dos goles y un penalti forzado. En el primer tanto, le favorece el error de Uche. Un guiño del destino. Era su día.

Yo soy de los que cree que el trabajo siempre da sus frutos. Jugadas como la del primer gol, en la que el remate fallido de Uche me viene a mí para que yo anote el tanto, forma parte de la suerte, de las rachas, de la confianza, detalles que en el deporte son fundamentales. El tercer gol era un poco más difícil, con Casillas tapándome y Marcelo bajo palos. Pero, gracias a Dios, entró. Estaba claro que era mi día, el que tanto necesitaba. Sin duda.


Nada más y nada menos que en el Santiago Bernabéu. Triunfar ahí consagra al que lo logra.

El Bernabéu es el campo más propicio del fútbol español para jugar bien. Me siento muy afortunado por haber hecho este partido en ese estadio y, sobre todo, haber colaborado con él a una victoria vital para el equipo en unas circunstancias muy exigentes. La permanencia está ahora mucho más al alcance de nuestra mano de lo que imaginábamos antes de jugar en el campo del Madrid. Eso es evidente y la mejor noticia, por encima del apartado personal.


Por inesperado, después del terrible año que lleva el equipo fuera de casa, esta victoria ha sabido a gloria al zaragocismo.

Con todas nuestras limitaciones, pero también con nuestros aciertos, salimos desde el minuto uno a por el triunfo. Nos daba igual el estadio y el rival. Eso lo pudo ver cualquiera. Nos jugábamos muchísimo y había que darlo todo. Y, por fin, por una vez en la temporada, nos salió todo bien, incluida la fortuna.


Usted era uno de los atrevidos optimistas que anunció la posible sorpresa. No le engañó la intuición.

Es verdad. Lo dije durante la semana en sala de prensa. Yo considero que ha sido el mejor momento de la Liga para coger al Madrid, en medio de una eliminatoria de semifinales de la 'Champions'. Y lo supimos aprovechar. Sabíamos que íbamos a tener nuestras opciones, pese a tener enfrente a un grandísimo equipo, jueguen los que jueguen. Hay que señalar que los mismos a los que ganamos nosotros, acababan de golear 3-6 en Valencia, el tercero en la Liga, y 0-3 en Bilbao, a un Athletic que también está en puestos europeos. Que nadie le quite mérito a lo que logramos en el Bernabéu. Lo que debemos es valorar como se debe el gran partido del Real Zaragoza. Estuvimos muy serios y eficaces.


Pero me consta que Lafita no era el único confiado en este bombazo en el Bernabéu. En el vestuario había más 'locos' que vaticinaron este crucial triunfo.

Fuera de la caseta, nadie daba un euro por nosotros en el Bernabéu cuando el árbitro pitó el inicio del partido. Sin embargo, nosotros sí que teníamos claro que íbamos a ganar, lo hablamos desde que llegamos a Madrid en el autobús el viernes. Lo puedo asegurar.


Menos mal que se ganó. De lo contrario, como advirtió Aguirre en la sala de prensa del Bernabéu, el partido del domingo ante el Osasuna podría haberse afrontado de nuevo desde el descenso. Un drama.

Estos tres puntos en Madrid nos dan media vida a estas alturas del campeonato. Es la mitad de la salvación a falta de tan pocos puntos en juego. Pero, visto el discurrir de la Liga y cómo casi todos los rivales siguen ganando, esto no es definitivo. Nos vamos a seguir jugando al permanencia en La Romareda, ante nuestra gente, contra Osasuna y Espanyol, aunque con menos riesgos. Si ganásemos el domingo al Osasuna, nos quedaríamos muy cerca de sellar así la continuidad en Primera. Hacerlo ante nuestro público, sería una doble alegría. Una fiesta segura.


Algo poco previsible en aquella gravísima crisis institucional de noviembre, diciembre y enero. Estamos cerca de un nuevo milagro si se logra permanecer.

En Zaragoza llevamos unos años sufriendo mucho. Demasiados. Tanto los jugadores como la afición. Son demasiados asuntos deportivos y extradeportivos que no se solucionan. Ojalá, poco a poco, logremos entre todos colocar a este histórico club en un punto de normalidad que nos permita volver a disfrutar. El Real Zaragoza necesita calma y, de momento, esta victoria en Madrid puede ayudar mucho a conseguirla a corto plazo si nos quedamos en Primera. Espero que estemos en el camino correcto. Lo deseo con todas mis fuerzas.


Es usted el único aragonés de la plantilla. Su sueño desde niño es ser algún día la estrella del Real Zaragoza y ser profeta en su tierra. Aún está a tiempo.

Sin dolor, se juega mucho más fácil y se divierte uno más en el campo. He sufrido de manera inhumana durante más de un año, con tratamientos conservadores intentando no parar. Pero no pudo ser porque la cosa iba a peor. Al final tuve que llegar al límite para darme cuenta y, ahora, después de ver los resultados y de disfrutar de este partido en el Bernabéu, me siento muy feliz. Ojalá sea el inicio de algo bonito, para mí y para el equipo. Todos debemos salir como sea de la situación en la que nos encontramos desde hace tanto tiempo.


Usted es de los que jamás baja los brazos y siente la camiseta blanquilla desde la cuna. Muchos le dieron por muerto cuando, tras el partido de Alicante, decidió irse a Vitoria a tratarse médicamente y dejar de entrenarse.

Si hubiese dado por perdido el año no hubiera decidido parar esos dos meses para tratarme de mi lesión. Yo quería ponerme bien de una vez y ser capaz de ayudar a mis compañeros en los últimos partidos de la temporada, que se adivinaban decisivos para todos. Por fortuna, parece que todo está saliendo bien, como planificamos todos. Es una enorme satisfacción personal después de tantos devaneos de cabeza.



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