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La SD Huesca echa las redes en el caladero de la Primera RFEF
Los filiales y los equipos descendidos están en el punto de mira de la dirección deportiva, al acecho de fubolistas como Kortajarena o Loureiro.
La SD Huesca pescará en la Primera RFEF, la categoría inmediatamente inferior, para reforzarse en un verano de pocas alegrías económicas. La dirección deportiva pone sus ojos en futbolistas de clubes descendidos o de filiales punteros que cubran las necesidades que en este momento presenta el plantel que volverá a dirigir Cuco Ziganda y que puedan adaptarse al estilo del entrenador navarro. Las distancias respecto a Segunda División no son abismales y se considera que, por encima de las limitaciones que impone la situación de las arcas, se puede acceder a piezas más que interesantes. Algo que ya están realizando otros conjuntos de la categoría de plata.
A este respecto, Ángel Martín González tiene anotados los perfiles de Miguel Loureiro o Iker Kortajarena. El primero, lateral derecho de un Lugo que ha bajado desde Segunda División. El segundo, centrocampista de la Real Sociedad B que se queda libre a partir del 30 de junio. Ambos, con el beneplácito de Ziganda, mantienen la línea que ya se siguió el verano pasado cuando se incorporó de Primera RFEF a Patrick Soko, que había logrado el ascenso con el Racing de Santander; Ignasi Vilarrasa (Atlético Baleares); Jérémy Blasco, que había descendido con la Real B, y Abou Kanté y Rubén Pulido, que habían bajado con el Fuenlabrada.
Fuera de la partida por nombres destacados de Segunda División, la SD Huesca acude sin complejos a un mercado en el que ayudan las buenas relaciones con clubes como Osasuna, de quien se permanece atentos a futbolistas que han sobresalido en el Promesas. Pese a que el salto entre una categoría y otra es considerable, el club azulgrana hace de la necesidad virtud movido por la obligación de paliar con estos jugadores las bajas que se produzcan respecto a la campaña anterior. Además, haciéndose con ellos en propiedad. Las presumibles bajas de Andrei Ratiu o de Juan Carlos Real demandan movimientos audaces sin desdeñar la calidad que se encuentra en la tercera categoría del fútbol español.
Miguel Loureiro ha sido de los pocos futbolistas salvables en el naufragio del Lugo. Tiene 26 años y ha disputado casi todo el campeonato -40 partidos- en el lateral diestro. A diferencia de Ratiu, es más defensivo que ofensivo y si se confirma su incorporación competirá por el puesto con Juanjo Nieto, fichado en el pasado mercado invernal y con oportunidades para foguearse en el último tramo del campeonato. Es uno de los pocos jugadores lucenses que no contaba con una cláusula de desenganche en caso de descenso, aunque lo más probable es que rescinda su contrato. Loureiro ya jugó en Segunda las temporadas 17-18 y 18-19 en las filas del Córdoba.
Por su parte, Iker Kortajarena es un centrocampista de 22 años que esta campaña ha movido a una Real B que alcanzó el ‘play off’ de ascenso y fue eliminada por el Alcorcón. Puede actuar como pivote o adelantar su posición, incluso en banda, por lo que los paralelismos con jugadores como Juan Carlos Real o el deseado Javi Martínez resultan más que evidentes. En el curso 21-22 participó en seis compromisos en Segunda División, entre ellos el 0-2 de la SD Huesca en Anoeta con aquel doblete de Isidro Pitta. Compaginó desde entonces la Segunda RFEF con la Primera RFEF, aunque nunca se le abrieron las puertas de la máxima categoría.
Otro nombre en la órbita azulgrana, adelantado por el periodista Ángel García, es el de Ángel Chapela, un extremo que debutado en Primera con el Cádiz y este último ejercicio jugó cedido en el Unionistas de Salamanca. Ziganda quiere mejorar las prestaciones ofensivas y está a la espera de alternativas a los futbolistas que han ofrecido un peor rendimiento, con situaciones por resolver como las de Kevin Carlos, Dani Escriche o Juan Villar. Los tres salieron cedidos en enero a Betis, Albacete y Córdoba respectivamente y no entran en principio en los plantes del entrenador de la SD Huesca.
