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La Oikos y las pérdidas económicas trastocan la estabilidad de la SD Huesca

La presidencia saltó por los aires en 2019 y la salida de Manolo Torres es una medida para seguir cerrando un agujero de más de seis millones.

Consejeros y dirigentes aplauden a Manolo Torres el día de su despedida.
Consejeros y dirigentes aplauden a Manolo Torres el día de su despedida.
Verónica Lacasa

Entre los numerosos dirigentes y empleados que acudieron el miércoles a la rueda de prensa de despedida de Manolo Torres como presidente de la SD Huesca se encontraban Pedro Ibaibarriaga y Cuco Lanau. El primero, consejero y ligado a la entidad desde que en 2006 se empezase a dibujar el proyecto. También el segundo participó en su génesis y es en la actualidad vicepresidente de la Fundación Alcoraz, que posee el 66,24% de las acciones.

Aquel grupo de veteranos del Huesca encabezado por José Antonio Martín, Petón, y Agustín Lasaosa dio forma al club que se impulsaría hasta el fútbol profesional solo dos años después y en este periodo ha contado con cuatro presidentes. Un estabilidad rota por dos factores: el estallido del caso Oikos en 2019 y una zozobra económica que se ha cobrado el precio del principal representante de la institución. Antes de Torres fue presidente azulgrana Armando Borraz entre 2006 y 2010; Fernando Losfablos asumió el cargo hasta 2016 y Agustín Lasaosa entre 2016 y 2019, cuando dimitió tres días después de ser detenido. Torres puso fin en 2022 a un paréntesis de tres años sin presidente y la mala situación económica ha precipitado su destitución como una medida de ahorro.

La hipertrofia directiva con que se pretende acabar ahora contrasta con la humildad de medios económicos y humanos de los comienzos. Manolo Torres se refirió en su discurso de despedida a que la SD Huesca había crecido "muy rápido", con los "aciertos y errores" que ello conlleva. En los orígenes del actual proyecto, en 2006, Armando Borraz asumió esta responsabilidad y se convirtió en el rostro visible y amable de un Huesca que empezaba a desarrollarse de una manera extraordinaria con tres ejes vertebradores: Lasaosa, Petón y Raúl Ojeda, un dirigente deportivo que se sumó como gerente. Sumó el empuje de futbolistas que se convirtieron en claves durante aquel primer periodo, casos de José Manuel Rodríguez, Rodri, o Joaquín Sorribas.

En aquella junta directiva primigenia, los vicepresidentes eran Agustín Lasaosa y Carmelo Bosque, con Fernando Losfablos, Ana Acín, José Antonio Bellosta, Javier Asín, Bernardo Marco, Pedro Ibaibarriaga, Fernando Sarasa, Miguel Avellanas y Antonio Villacampa como vocales; y Cuco Lanau, José Luis Ferrer, Antonio Alfonso, José López y Carmelo Castanera como asesores externos. Figuras vinculadas al Huesca y al tejido social y empresarial de la ciudad. La mayoría de ellos se ha desligado de la SD Huesca, pero continúan siendo consejeros Carmelo Bosque y Pedro Ibaibarriaga. Fernando Sarasa dirige los servicios médicos.

El ascenso a Segunda División, del que  este jueves se cumplieron 15 años, lo cambió todo y llevó a la SD Huesca a la conversión en Sociedad Anónima Deportiva (SAD). Un proceso que arrancó en marzo de 2009 con la emisión de 17.500 acciones a un precio de 150 euros cada una para suscribir un capital que se fijó en 2.625.000 euros. 917 grandes y pequeños accionistas se hicieron con ellas y el club quedó en manos de la Fundación Alcoraz con el 66,24% de los títulos; la agencia de representación de futbolistas Bahía Internacional, a la que pertenecían Petón y Lasaosa en labores de elevada responsabilidad (15,24%); accionistas con más de siete acciones en su poder (10,71%) y pequeños accionistas (7,81%).

La SAD se definió a partir de ahí con un consejo de administración como base para el que, con modificaciones, ha llegado a la actualidad. Corría el año 2010, y el primer relevo de importancia se dio en la presidencia con la salida de Armando Borraz, sustituido por el hasta entonces vocal de la junta directiva Fernando Losfablos. Agustín Lasaosa asumió la vicepresidencia y la tarea de consejero delegado; los consejeros escogidos fueron Carmelo Bosque, Ana Acín, Pedro Ibaibarriaga, Fernando Sarasa, Sergio Gracia, Antonio Villacampa, Sergio Alfonso, Luis Sanclemente y Josete Abarca. El asesor jurídico era Javier Tebas -le faltaban tres años para convertirse en presidente de la Liga- y el asesor externo, Petón.

La Fundación Alcoraz

Otros nombres ligados al nacimiento de la Fundación Alcoraz fueron los de Paz Torres, Ismael Arilla, Agustín Pueyo (actual consejero y responsable del área de operaciones y servicios) o Luis Sanclemente, ahora gerente azulgrana. Borraz pasó a presidir la Fundación Alcoraz en 2010 y hasta 2013, fecha en que dejó el cargo por incompatibilidades con su responsabilidad política y le sustituyó Petón. Un joven Josete Ortas, ingeniero técnico agrícola, se incorporó a la Fundación en 2009 en el papel de gerente. Es director general de la SD Huesca desde 2015 y heredó las responsabilidades que dejó Raúl Ojeda, en la actualidad responsable de competiciones de LaLiga.

El segundo accionista en importancia, Bahía Internacional, aparecía encarnado en este consejo en Sergio Gracia, hermano del exfutbolista Rubén Gracia, Cani, otra de las figuras que permanecen ligadas al actual consejo de administración y que, asimismo, forma parte de la comisión ejecutiva.

Fernando Losfablos ocupó la presidencia entre 2010 y 2016. Un periodo que presentó como momento más complicado el descenso a Segunda B en 2013 y durante el que se produjeron cambios en el consejo de administración con la entrada de Petón en lugar de Ana Acín en 2015 y el aterrizaje de Manolo Torres en calidad de consejero. Los estatutos de la entidad fijaban que el máximo mandatario tras la marcha del presidente debía ser el vicepresidente y esa responsabilidad recayó en Agustín Lasaosa, el impulsor y coautor del proyecto que tocó el cielo de la Primera División el 21 de mayo de 2018.

La SD Huesca trataba de digerir el descenso desde el punto institucional cuando todo saltó por los aires la mañana del 28 de mayo de 2019. Lasaosa dimitió de sus cargos y se hizo a un lado para facilitar el proceso judicial y el desarrollo de la labor de la entidad con el pacto entre caballeros de su regreso cuando todo se hubiera normalizado.

Agustín Lasaosa mantuvo una presencia continuada en el día a día del Huesca desde 2006 hasta 13 años más tarde, siempre al inicio de la cadena de mando al alimón con Petón y como un nexo de unión entre el vestuario y la zona noble. La decisión personal de dimitir tres días después de ser detenido por su presunta implicación en la Oikos dio un giro de 180 grados a la entidad. El entonces presidente y consejero delegado se vio envuelto en un caso de apuestas deportivas que ha ido derivando dentro de la fase de instrucción, en la que también se investiga al club entre otros, a lo que la Fiscalía entiende como el pago de primas a terceros y unas irregularidades en las obras de remodelación de El Alcoraz.

Ambos, Lasaosa y Sociedad Deportiva Huesca, han reivindicado su inocencia desde el primer momento y sus respectivos representantes jurídicos confían en un cierre de la instrucción favorable a esta tesis. Manolo Torres asumió en mayo de 2019 el cargo de consejero delegado y en mayo de 2022 la presidencia. El club no había alcanzado el objetivo mínimo de clasificarse para el ‘play off’ e inició una transición económica entre una realidad de Primera División y otra de Segunda que le ha ocasionado un agujero económico superior a los seis millones de euros.

A las reducciones y negociaciones a la baja en las fichas de la plantilla deportiva se ha sumado la realización de una auditoría externa que ha arrojado como mandato inaplazable en el tiempo la reducción en los costes de la plantilla no deportiva, de 2,2 millones en el último ejercicio, como paso insoslayable para terminar con las pérdidas en un plazo de tres años. Se quiere dejar este capítulo en un millón de euros y el consejo de administración estableció como medida de choque el despido del presidente, tal como sugería la auditoría externa y al anotar que convivían en el club azulgrana un presidente (Torres), un presidente del consejo de administración (Fernando Callizo) y un presidente de la comisión ejecutiva, Alberto Larraz. Además, se cuenta con un director general, Josete Ortas, y un gerente, Luis Sanclemente.

Manolo Torres dio un paso al frente y asumió el cargo de consejero delegado de forma inmediata. El club se quedó sin presidente durante un periodo de tres años, hasta mayo de 2022. A finales de 2019 se siguió configurando el actual consejo de administración con la llegada de Alberto Larraz y Fernando Callizo. El primero, que fue consejero socialista en el Gobierno de Aragón, era patrono de la Fundación Alcoraz; el segundo provenía del mundo empresarial. Petón dejó el cargo al final de la temporada 2021-22, absolutamente decepcionante en el plano deportivo, y Torres, Larraz, Callizo y Sergio Gracia conformaron las cuatro patas de una nueva comisión ejecutiva que se convirtió en órgano colegiado para la toma de decisiones y despojó a Torres del cargo de consejero delegado y de la capacidad de mando en solitario.

La SD Huesca ha contado hasta el cese de Torres, que en marzo ya salió por decisión propia de la comisión ejecutiva, con un presidente, un consejo de administración presidido por Callizo, una comisión ejecutiva encabezada por Larraz y de la que se desmarcó Torres, un director general (Josete Ortas) y un gerente (Luis Sanclemente). Completan la nómina de consejeros Pedro Ibaibarriaga, Agustín Pueyo, Josete Abarca y Carmelo Bosque, con el abogado Pedro Camarero como secretario. Ahora, la entidad ha de escoger una nueva figura para la presidencia, con la influencia que sigue representando la figura de Agustín Lasaosa y sin impedimentos legales a la vista para que pudiese retomar la labor que se frenó en seco hace cuatro años.

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