Cuarta semana poniendo el cierre a la jornada

Los oscenses vuelven a jugar el último encuentro de la semana, y lo hacen de nuevo en lunes a las 21.00

Álex Gallar durante el encuentro contra el Sporting.
Álex Gallar durante el encuentro contra el Sporting.
Rafael Gobantes

Entre la presión de saber el resto de resultados y la ventaja de conocer el margen del que se dispone antes de comenzar. Poder jugar antes o después que los rivales directos dentro de una jornada genera tanto voces a favor como opuestas. En el caso del entrenador del Huesca, Rubi, parece ser de los segundos, como ha dejado claro en las últimas comparecencias. «Igual quieren darle emoción a la liga», decía hace cuatro semanas torciendo el gesto, porque en el último mes, el conjunto azulgrana ha sido el encargado de cerrar la jornada con sus partidos. En este caso volverá a hacerlo, ya que es su encuentro contra el Cádiz, este lunes a partir de las 21.00, el que pondrá el broche a la semana futbolística en Segunda.

Porque si tradicionalmente era la tarde del domingo el momento asociado al fútbol de manera casi indiscutible, las televisiones y el afán por hacer del deporte un contenido perenne durante toda la semana han hecho que las jornadas se prolonguen en el tiempo, convirtiendo incluso la noche del viernes como la del lunes en momento de partido. Lo que condiciona en gran medida los ritmos de descanso de los equipos, ya que el calendario puede hacer que la diferencia entre un encuentro y el siguiente oscile desde los diez días –si un partido es en viernes y el siguiente en lunes–, y únicamente cuatro –en el caso de que se juegue en lunes y también en viernes–.

Pero más allá del cansancio, ya que el Huesca ha dispuesto de siete días para preparar el partido contra el Cádiz, pues contra el Sporting de Gijón se jugó en idéntico horario, lo que molestaba a Rubi era la presión añadida que supone saltar al terreno de juego conociendo qué han hecho los rivales, y aunque asume que se trata de algo a lo que todos los equipos deben amoldarse en algún momento de la competición, hacerlo durante cuatro jornadas consecutivas le parecía excesivo. Además, alegaba entonces, antes de recibir al Almería, que el mes de marzo tenía un valor especialmente importante a la hora de enfilar el tramo determinante, por lo que cada pequeño detalle, como el del horario, cobraba especial significado.

En este caso, los oscenses saltarán al Carranza sabiendo que tanto un triunfo como un empate les devolvería el liderato de la clasificación, tras la derrota del Rayo frente al Sporting, mientras que una derrota provocaría un triple empate a 57 puntos en la cabeza de la tabla, en el que sería el golaverage el que posicionaría a los gaditanos.

El siguiente partido del Huesca, en su casa contra el Albacete, ya rompe con la dinámica de hacer de ‘coche escoba’ de la jornada, pues se disputará el sábado a las 20.00. Hasta entonces, los oscenses dispondrán de tres días de preparación, pues la expedición azulgrana regresa a Huesca este martes a media tarde.

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