Real Zaragoza-Racing de Santander: Prueba de carga
El Real Zaragoza va enfrentándose a sus primeros desafíos importantes y, sobre todo, a los primeros contratiempos. La pasada jornada tuvo que saltar al césped sin Alejandro Francés e Iván Azón, que habían sido imprescindibles para Fran Escribá hasta ese momento. Aunque en el juego no tanto, en el resultado el equipo aragonés salió más que airoso de Cartagena. Cinco de cinco, y que pase el siguiente.
Esta noche, en La Romareda, la solidez del proyecto tendrá una nueva prueba de carga. El Real Zaragoza se va a medir al Racing de Santander sin lateral izquierdo. Las lesiones se han cebado con el costado zurdo de la defensa, por lo que Escribá deberá improvisar una solución de urgencia. Salga quien salga, tendrá algún inconveniente para ocupar esa posición –jugar fuera de su sitio natural, hacerlo a pierna cambiada, tener cierta inexperiencia...–, pero también contará con la ventaja de entrar en un bloque que funciona muy bien defensivamente, por lo que difícilmente se quedará ‘vendido’.
No siempre las cosas vienen de cara. O al menos no todas durante todo el tiempo. La temporada es larga y vendrán lesiones, sanciones y contratiempos de todo tipo. La profundidad de la plantilla diseñada por Juan Carlos Cordero es, en principio, una garantía.
Al margen de esta baja, el partido lo tiene todo. El Real Zaragoza es de esos equipos a los que parece que si algo le puede salir bien, le va a salir bien. Esa inercia hay que aprovecharla, y más bajo el manto de la vieja –cada vez más vieja– Romareda. El estadio apunta a un ‘entradón’ esta noche, con una grada que está lanzada. El equipo necesita recuperar ese impulso que por momentos perdió en Cartagena, en Tenerife e incluso en algún tramo de los partidos de casa. Las victorias disparan al equipo, encienden afición y, de paso, eclipsan casi todo.
